Hoy más que hablar de salud mental, hay que hablar de salud de la conducta: Dra. María Xesús Froxán Pargan

En Vive Mérida siempre andamos buscando voces expertas con la finalidad de que quienes nos leen tengan más puntos de referencia sobre los asuntos que nos aquejan como sociedad. 

En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de conversar con María Xesús Froxán Parga, doctora en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid quien se especializa en la evaluación de tratamientos psicológicos y con quien platicamos sobre salud mental y el papel que juegan los psicólogos en ella. 

Lo primero que nos aclara es que la salud mental, no debe ser vista como algo que está fuera del cuerpo, porque es parte del mismo. De acuerdo con la Dra. Froxán, no puede haber salud mental, si no hay salud corporal, y al respecto nos dice:

Los seres humanos nos adaptamos a diversas circunstancias lo que modifica nuestra conducta ante un contexto cambiante.

MJFP
Foto: Cecilia Abreu

En este sentido, la Dra Froxán advierte que uno de los retos de la psicología actual es adaptar sus metodologías para tratar al individuo, no sólo desde lo que piensa o siente, sino es necesario  considerar para su sanación el contexto donde se dio la conducta que lo aqueja. 

Un ejemplo que nos da en este sentido Forxán Parga es lo que pasó con la pandemia, donde muchas personas vivieron el suceso de manera subrrealista,  porque ese fue el camino que encontraron para sobrellevar la cotidianidad en ese contexto.  

La pandemia fue tan surrealista,  porque de repente que no viésemos a nadie más que la persona que se tenía a lado,  que no se pudiese salir a la calle y tener vida social, fue tan increíble que la mayoría de las personas no nos creemos todavía que hayamos pasado esa situación. Fue una sensación de irrealidad y yo creo que las personas han tenido un comportamiento muy adaptativo al alejarse de esa experiencia, y sentir que la vivieron como un sueño.

Gracias al confinamiento, nos comenta Froxán, se experimentó una situación particular con los psicólogos, quienes adquirieron una fama y un poder que nunca antes habían tenido dado que la consulta psicológica empezó a ser demanda como nunca anteriormente había sucedido.

De acuerdo con Froxán, en la pandemia la gente tuvo tiempo para pensar en sí misma y por ello cuando salió del confinamiento buscó ayuda psicológica, lo que le dio un valor a la necesidad que se tiene de una intervención psicológica durante y después de esta situación como lo fue la pandemia. 

Si bien es cierto que la pandemia fue un punto de inflexión para la psicología, este no se hubiera podido dar si desde tiempo atrás la psicología no se hubiera reconocido como el camino para entender y resolver anomalías conductuales y donde poco a poco las personas han ido acudiendo a ella para resolver aquello que les hace sentir mal. 

De lo individual a lo colectivo

La psicología logra cambios conductuales individuales. Sin embargo los cambios de un comportamiento social atañe a las instituciones, y ahí está uno de los grandes desafíos que enfrenta  la psicología hoy: comprender las claves que detonan los diversos comportamientos sociales, y  de lo cual nos comenta Forxán:

Creo que uno de los grandes retos es conseguir programas preventivos que actúen sobre la sociedad para disminuir los daños individuales, para ello se requiere una inversión fuerte.

MJFP

Además de la  labor individual el psicólogo tiene que hacer una labor social para conseguir que su ayuda y beneficios lleguen a toda la población. 

No se trata de que las personas se acostumbren a realidades adversas y se queden ahí, sino de que sean capaces de buscar los recursos para salir de la situación que incomoda, no se busca la salud del conformismo sino la salud de la conducta.

MJFP

De psicología, padres, maestros y medicamentos

Vivimos en un sistema económico donde se trabaja hasta 12 horas diarias, lo que  nos ha llevado de muchas maneras a pagar para que  alguien más nos resuelva tal o cual problema por no tener el tiempo o la capacidad para hacerlo, y está conducta es común en aquellos padres que buscan una salida a los problemas de conducta que presentan sus hijos, ante esta premisa la Dra. Dra. María Xesús Froxán Parga nos comenta:

Muchos adultos llegan por primera vez al psicólogo, no porque tengan ellos un problema, sino por sus hijos que son los que los presentan y los padres ya no tienen tiempo para atender el caso o resolverlos en casa y por eso acuden a especialistas, para que se los resuelvan.

MJFP

A esta situación, señala Forxán se suma que en las escuelas, al menos en España, se está aumentando el número de alumnos por aula, lo que también dificulta lograr la integración de todos los alumnos para que anden por la misma vereda.

Froxán, también señala que cada vez es más común que cuando se le llama la atención a los niños en el colegio, al llevar estos la queja a casa, los padres en vez de colaborar con el maestro para resolver el problema acuden al colegio y le reprochan al maestro la llamada de atención, antes de aceptar la situación de su hijo.

Otro aspecto que resalta la Dra Forxan, es la expectativa que se tiene sobre los medicamentos para tratar la conducta, y puntualiza que a veces las personas buscan ese medicamento que les quite el mal que los aqueja, y no pueden o quieren esperar el tiempo que tarda un tratamiento psicológico o soportarlo financieramente es menos viable, que el uso de medicamentos para contrarrestar el problema de conducta. 

Una de las diferencias entre utilizar sólo medicamentos a llevar un tratamiento psicológico, es que con el segundo el individuo puede aprender a adaptar su conducta a la realidad que vive. 

Las intervenciones psicológicas ayudan a solucionar problemas de adaptación a los cambios de contextos para los que no se tienen estrategias para enfrentarlos, pero no sólo el psicólogo hace una tarea curativa, también la debe hacer preventiva, no obstante el psicólogo no puede hacer estos cambios de conducta en el paciente no coopera.

MJFP

Por lo general, nos cuenta la Dra. Forxan, un tratamiento que atiende un aspecto conductual específico, no debe de tardar más de tres meses en resolverse, si sólo sí el contexto es favorable para el cambio, pero de no ser así el tratamiento se puede prolongar entre 6 u 8 meses. 

Finalmente, le solicitamos a María Xesús, nos diera su opinión sobre aquellos que ejercen el coaching de vida, a lo que respondió:

El coaching es una cuestión sin ningún fundamento científico, es una moda, y todo lo que está de moda, no necesariamente es bueno. Para tratar la salud conductual, se necesitan personas serias que apoyan sus intervenciones en la ciencia, no personas que dan consejos.

MJPF

Con esta última reflexión cerramos la conversación con la Dra. María Xesús Froxán Parga, de quien se nos quedaron bastantes respuestas en el tintero, pero que seguramente daremos en cuenta más adelante en Vive Mérida.

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