Texto: Edith De la Barrera con Información de Lorena González Boscó
Crear condiciones para que puedan pescar’, en vez de simplemente dar el ‘pescado’, es la filosofía de Alter-Int para evitar el asistencialismo en el que caen otras organizaciones
Aunque los orígenes de la educación sexual integral en México se remontan al año de 1920, con la creación del Servicio de Propaganda y Educación Higiénica que replicó los esfuerzos de otros países para contrarrestar el aumento de enfermedades venéreas tras la Primera Guerra Mundial, lo cierto es que, en la actualidad, todavía existen padres de familia que “vedan” cualquier intento de aleccionamiento a sus hijos sobre temas de sexualidad.
Para hablar de este y otros desafíos en la construcción de una cultura de paz, VIVE MÉRIDA conversó con Raúl Rodríguez Sansores, fundador de Alter-Int, organización de la sociedad civil que promueve los derechos sexuales y proporciona servicios de psicología, sexología y salud mental comunitaria.
La educación sexual en Yucatán es bastante ambigua porque, por un lado, hay mucha apertura; últimamente, he dado pláticas en primarias, secundarias, bachilleratos, con libertad de cátedra en escuelas particulares —incluso religiosas—, y en escuelas de gobierno, pero al mismo tiempo, hay una cerrazón espantosa, mientras que estoy dando la plática con los papás, hay un 50% que dicen ‘¡qué bueno que están dando estás pláticas a mis hijos!’, y otro 50% que ya me stalkearon (espiaron) y ya se quejaron en la escuela, diciendo: ‘¿cómo es posible que permitan que una persona esté hablando de estos temas a mis hijos’”
Tal división representa un gran problema, pues el acceso a la información se combina con los mitos, prejuicios y tabúes, sin olvidar la brecha que existe entre las comunidades rurales y las grandes ciudades, como Mérida o Valladolid, en donde los nuevos residentes, originarios de la Ciudad de México o de Guadalajara, tienen una concepción distinta a la que históricamente ha tenido la entidad; de modo que, indicó, “la radiografía yucateca es muy amplia”.
Aguamala: machismo, trata y violencia intrafamiliar
De acuerdo con el también catedrático universitario, “las estrategias educativas, como las estrategias gubernamentales para la prevención, han demostrado lo ineficientes que son, Yucatán sigue aumentando en casos de VIH, de abuso sexual, de consumo de sustancias de manera inadecuada, adicciones y cada día el rango de edad está siendo más amplio; el consumo de cristal está altísimo, el embarazo adolescente sigue aumentando”, algo que, puntualizó, es más evidente en las personas con menos recursos, mas no porque la incidencia sea mayor, sino porque la población económicamente alta logra ocultarlo mediante abortos clandestinos realizados en clínicas particulares, fuera del estado.
“Quienes vamos a las comunidades, nos damos cuenta de que el machismo sigue igual, los golpes a las mujeres siguen igual, los golpes a los niños siguen igual, la trata de personas sigue igual, pero los reportes oficiales siguen sin reconocer la existencia de trata en Yucatán.”
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Otro de los temas que Alter-Int fomenta es el cuidado de la salud mental y a propósito de esta, Raúl Rodríguez mencionó que el suicidio, los Trastornos de la Conducta Alimentaria, conocidos con las siglas TCA, el consumo de sustancias y la depresión, son problemáticas que han aumentado en México, desde la irrupción del COVID-19.
No podemos negar que (la) pandemia tuvo aquí un impacto muy fuerte, o sea, fueron dos años donde niñas, niños y adolescentes se vieron recluidos en momentos importantes de su socialización, se encontraron sin esta socialización; por otro lado, las familias recluidas, hubo un incremento de la violencia intrafamiliar.
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Una situación que empeoró, dijo, con el uso excesivo y descontrolado de la tecnología, sin el necesario acompañamiento paterno.
Para Raúl, las familias no poseen las herramientas suficientes para formar a los niños, niñas y adolescentes de la actualidad, a quienes se refiere como “de otro mundo”, ya que buscan darles mayor libertad y educación emocional, pero no saben de qué manera hacerlo, “y entonces, en lugar de generar un espacio de libertad y relaciones responsables, un espacio de acompañamiento a sus hijos, están incrementando las prácticas de riesgo y están disminuyendo los factores protectores”, advirtió.
Al respecto, Rodríguez aclaró que la ausencia de los padres no responde a una falta de compromiso, sino a los requerimientos del mundo contemporáneo, donde en muchas ocasiones ambos padres tienen que trabajar, por lo que hace falta una estrategia para que los menores puedan estudiar y aprender sin que los adultos tengan que sentarse con ellos.
Y viene el tema de género, entonces, si papá dice que necesita ir a una reunión en la escuela, no le dan permiso; si la mujer dice que necesita ir a una reunión de la escuela, le dan permiso, porque ‘pues ya ni modo’, pero cuando regresa, el trabajo tiene una doble carga; no hay una ley.
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Los ‘sedales’ de Alter-Int
Así como los pescadores deben planear distintas estrategias para enfrentarse a un ambiente que puede ser tan hostil como impredecible, la tripulación que, timoneada por Raúl Rodríguez, se ha embarcado en Alter-Int, cuenta con varias líneas de trabajo distintas.
En primer lugar, mediante pláticas, consultorías o talleres lúdico-participativos, enseñan a niñas, niños, adolescentes y juventudes, habilidades para la vida, gestión del placer y prevención del daño, dando siempre prioridad al diálogo, pero también al juego.
Una segunda línea, expresó el especialista, consiste en la capacitación de los padres, docentes, psicólogos y demás responsables de los menores, a través de cursos, asesorías, pláticas o diplomados.
La incidencia en política pública es la tercera de sus líneas, con la intención de sensibilizar a los funcionarios y, si es posible, revisar incluso los reglamentos de los ayuntamientos; sin embargo, su participación se limita a la estructura municipal y a la estatal.
Nos quedamos fuera de la estructura federal con este Gobierno, nos sacaron de todos los esquemas federales como organizaciones de la sociedad civil, somos el enemigo del Gobierno federal; entonces, todo lo que había donde podíamos participar y tener incidencia, quedó cerrado, nuestros espacios de debate desde hace cinco años, ya no hay, pero seguimos en el ámbito municipal y estatal.
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Como parte del Consejo Municipal contra la Discriminación de la Diversidad Sexual de Mérida y del COESIDA a nivel estatal, Alter-Int trabaja con los ayuntamientos de Valladolid y Ticul; en este último, la asociación presume de haber apoyado a un grupo de mujeres que hoy ya tiene un observatorio para la atención a la violencia política en razón de género y todo inició sensibilizándolas, a partir de eso, ellas decidieron hacer una red y, posteriormente, el observatorio, al que Alter-Int capacita en acceso a la información, liderazgo y ejercicio del derecho al voto.
¿Cuál es nuestra metáfora? Hay que darle pescado a quien no tiene que comer, no lo hacemos nosotros, pero alguien lo tiene que hacer; alguien tiene que enseñarles a pescar y darles herramientas para que puedan pescar, esto lo hacemos en conjunto con otras organizaciones, pero además necesita haber condiciones para que la persona pueda salir a pescar y esto lo hace el Gobierno.
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Las banderas rojas: satanización y estigma
Por lo que se refiere a la disminución de la brecha de desigualdad que existe entre hombres y mujeres y la reducción del daño, el fundador de Alter-Int consideró que aun cuando las acciones afirmativas son necesarias, no constituyen una solución por sí solas.
Si no hay toda una estructura y condiciones, sensibilización y capacitación, esta acción afirmativa, se nos voltea; este apoyo que era para reducir la marginación termina siendo un incentivo para fomentar la conducta de riesgo, es lo que nos pasa con el tema del consumo de sustancias: en lugar de estar con campañas punitivas, satanizantes y estigmatizantes con respecto al consumo, hay que hacer campañas de gestión del placer y reducción del daño.
Por ello, sentenció, el proceso de acompañamiento, los grupos de escucha y las redes de apoyo emocional, así como la capacitación de médicos, psicólogos y abogados, resulta fundamental para el desarrollo de factores protectores y la toma de decisiones responsables.
En estos 20 años, una de las prioridades que hemos tenido es, siempre, la profesionalización del equipo; nos hemos capacitado en procuración de fondos, en gerenciamiento de proyectos de impacto social, alianzas y trabajo intersectorial.
Dicho fortalecimiento interno, aseguró el experto, es el que ha permitido que en tiempos de crisis tanto económica como organizacional y en medio de los cambios de las condiciones culturales, Alter-Int pueda adaptarse y generar recursos propios de los servicios que ofrece, como sus múltiples diplomados en sexualidad y en habilidades psicológicas, todos con valor curricular.
Vamos a iniciar el diplomado número 21 de sexualidad, en esta ocasión va a ser online; ya tenemos seis diplomados de habilidades terapéuticas, psicológicas; tenemos dos diplomados en liderazgo social, hemos dado como 40 diplomados en estos 20 años, hemos tenido más, pero ponle 15 personas por diplomado, en Mérida, Valladolid, Ticul, Cancún, Chetumal, Campeche”.
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Ser pescador… o persona, pero nunca una etiqueta
En consonancia con el respeto a la dignidad de la persona, uno de los principales valores que enarbola Alter-Int, Rodríguez Sansores enfatizó la importancia de estar capacitado y actualizado en lo que se refiere a la diversidad sexual, con el fin de entender, pero sobre todas las cosas, de respetar a los demás.
La aparición de tantos términos (transgénero, transexual, queer, demisexual, etcétera), en un lapso relativamente corto, aseveró, ha provocado el rechazo entre distintos grupos de la sociedad por la falta de comprensión, así como su uso equivocado, incluso entre las nuevas generaciones, que llegan a confundir una expresión con otra.
En estos momentos podemos afirmar, con los estudios contemporáneos, que sí hay la alta probabilidad de que la identidad sexual sea algo más fluido de lo que se pensaba. Y, entonces, ya no hablamos de identidad sexual, hablamos de identidad de género, que no es lo mismo, y la necesidad de poner etiquetas: ‘a ver, ¿qué eres?’, pues ‘¿qué importa qué soy? Soy persona que tiene estos gustos, soy persona que tiene esta percepción de mí mismo y ¿cuál es el problema? ¿Por qué la necesidad de poner una etiqueta?’ Entonces entra el tema queer: ‘pues no me pongas etiquetas, simplemente soy y ya, y… ¿en qué te afecta?
Asimismo, Rodríguez Sansores declaró que uno de los grandes retos de su asociación es el tránsito por un momento de gran ambigüedad, en el que coexisten diversos paradigmas y valores; donde coexistimos las diferentes personas, porque no hay otra opción y, sin embargo, no convivimos, porque no hemos aprendido a hacerlo.
Cuando ocurre esto y no hay una claridad y no hay este trabajo en el tema de las habilidades para la vida, dejo de tomar decisiones responsables, dejo de visualizar las consecuencias de mis actos, dejo de mirar al otro; al fin y al cabo, si yo soy capaz de mirar a la otra persona como persona, podremos establecer normas y pautas de convivencia y responsabilidad entre las decisiones.
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De alevines y pescadoras
Para Alter-Int, no existe una percepción de los menores como delincuentes; se trata, más bien, de adolescentes en conflicto con la ley, mismos que estadísticamente, suelen ser en su mayoría hombres, toda vez que ellos son más violentos, agresivos y arriesgados en los espacios públicos. De igual modo, el porcentaje más alto pertenece al nivel socioeconómico bajo o medio.
Nuevamente, es multifactorial; estoy pensando en un adolescente de nivel socioeconómico bajo, que llega una tienda y roba; entonces llega la Policía y se lo lleva. Un chico adolescente, nivel socioeconómico medio alto, que llega a Liverpool, se roba algo, lo descubren y… ¿qué hacen? Pues que pague, paga y listo”; en este sentido, Rodríguez conjeturó que está involucrado, además, un tema de imagen, pues las tiendas departamentales prefieren resolver el incidente de manera interna y no llamar a la autoridad, solo por cuidar su estatus.
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El terapeuta precisó que las familias de esos menores no necesariamente son disfuncionales, pero sí se caracterizan por la ausencia de una autoridad adecuada en casa, donde el papá o la mamá tienen una conducta violenta, que resuelve todo con golpes o, todo lo contrario: su autoridad es inexistente, laxa; no hay normas ni consecuencias y no tienen idea de qué hacen sus hijos, por lo que estos no tienen una referencia.
En cuanto a los reportes sobre el abuso sexual, Rodríguez expuso que son insuficientes, porque las estadísticas resultan de las denuncias que hay, y aunque las madres sí denuncian al padrastro o al tío, rara vez hacen lo mismo cuando se trata del papá o del abuelo, con lo que hay un tema de complicidad.
Por tal razón, sostuvo el entrevistado, tampoco es posible decir que los abusos ocurren principalmente en las familias reconstruidas, pues en realidad, suceden con la misma frecuencia en las familias tradicionales.
“Son raras las mujeres que no tienen alguna historia que contar en torno a abuso y podría afirmar casi casi (sic) que el 100% de las mujeres han vivido algún tipo de abuso, no sexual, del que sea; por lo menos yo, no he trabajado y no conozco a ninguna mujer que no tenga una historia de abuso físico, psicológico o sexual.
A echar las ‘redes’
Entre las razones por las que Alter-Int debería recibir más apoyo y recursos, tanto financieros como humanos, su fundador acentuó el buen resultado que ha dado su trabajo durante 20 años, en los que aquellos adolescentes que fueron atendidos por conflictos con la ley, ya han logrado tener sus propios negocios y convertirse en profesionistas o en padres y madres de familia.
Estamos trabajando con la base de las problemáticas psicosociales, factores protectores y reducción de prácticas de riesgo, porque somos de las pocas organizaciones que no hacemos trabajo de escritorio y de cubículo, vamos a la comunidad y estamos en la comunidad”; Rodríguez Sansores resaltó asimismo que Alter-Int es una de las pocas organizaciones que no se pelea con el gobierno, ni con las empresas, pues se sienta a dialogar y sigue trabajando, incluso cuando sus recursos han disminuido a raíz de la pandemia y de los recortes presupuestales.
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Para finalizar, se refirió al papel que están realizando sus pares en la materia, desde su particular visión como capacitador externo de la Fundación Merced e integrante de la Asociación de Procuradores de Fondos (AFP).
Tengo conocimiento de organizaciones de todo el país, trabajo con organizaciones aquí en Mérida, en los consejos, en los comités, en las redes, entonces creo que puedo hablar con cierta calidad y autoridad moral en torno a ello; hay muchas organizaciones, igual o más comprometidas que la nuestra, organizaciones que me quito el sombrero, como APIS, como UNASE, como Indignación, hay que entender que cada quién en su área y en sus espacios
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Añadió que hay otras —cuyos nombres prefirió omitir— que trabajan muy bien, aunque sin profesionalización, porque no les interesa y por ello no tienen recursos.
En Yucatán, acusó, hay organizaciones pequeñas y medianas de muy buena voluntad, que actúan con el corazón, pero su trabajo es nefasto, porque no tienen metodología ni impacto, mientras que otras tienen tanto dinero como simulación, pues acaparan los recursos y provocan que el trabajo de las demás se invisibilice.
El asistencialismo de muchas de ellas, denunció, es otra acción que perjudica el trabajo de asociaciones como Alter-Int.
Yo puedo con el discurso de ‘¿no nos van a dar nada?’. ‘No, eso pídeselo al gobierno, yo no; soy una organización civil, vengo a otra cosa’, pero cuando ya hay organizaciones civiles, te sabotean; es asistencialista, pero asistencialista manipuladora, porque si tienes hambre, te doy pescado, claro que sí, pero junto con el pescado te enseño a pescar y junto con enseñarte a pescar, pongo las condiciones para que puedas salir a pescar.
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