Son las 9 de la mañana, hora de entrada a la oficina, se está esperando el elevador para llegar al piso 4, algunos empleados traen a sus mascotas, por lo que no llegarán de principio al piso donde laboran, primero pasarán a dejar a su mascota a la guardería de canes ubicada en la azotea del edificio donde se ha acondicionado un lugar para que los lomitos jueguen y sean entrenados. La idea es que sus dueños no se separen de sus perrihijos después de haber estado con ellos tanto tiempo juntos a causa de la pandemia.

Y es que la pandemia, para muchos las mascotas tomaron un lugar preponderante en la familia, y si ya lo tenían se volcó mayor atención hacia ellos, pero también cabe decir que lamentablemente muchas de ellas fueron abandonadas a razón de no contar con los recursos suficientes para mantenerlas.

De vuelta a la oficina

Durante dos años y medio Rogelio se la pasó con su mascota en casa, el tiempo prolongado que pasaba frente a la computadora, sin posibilidad de salir, salvo a lo indispensable, hizo que estableciera una rutina de ejercicios con su perro Saturno, de forma tal que ambos encontraron entretenimiento y diversión.

Saturno, iba con él hasta el baño, la rutina pasó de paseos diurnos y nocturnos, a estar todo el tiempo pegados, pero la separación obligada por el retorno a las oficina de Rogelio hizo que Saturno cayera en depresión y ansiedad: no comía, rompía cosas como cuando era cachorrito, se volvió a hacer del baño en toda la casa.

Este apego entre tutores y mascotas, junto con las investigaciones que sustentan los beneficios que los animales domésticos reportan a las personas, ha hecho que cada vez más corporativos diseñen políticas que las conviertan en pet -friendly. Porque de acuerdo con las investigaciones realizadas, resulta que:

ya "El 48% de la fuerza de trabajo millennial y el 71% de los miembros de la generación z desearían poder llevar a sus mascotas con ellos a sus lugares de trabajo."
Hospital Veterinario Banfield

De acuerdo a varios estudios sobre dejar que los empleados lleven a sus mascotas al trabajo arrojan que:

Se reducen los niveles de estrés, ya que los empleados se encuentran más relajados, lo que permite que sean más productivos o creativos.

Se mejoran las relaciones interpersonales, ya que los empleados que no se relacionen, encuentran que las mascotas son el pretexto para hacerlo. Al intercambiar impresiones sobre las mismas, se genera un tema de conversación que antes no había, y de ahí se pasa a otros niveles de interactividad, aseguran expertos.

Otra cuestión es que al acariciar al perro, se liberan endorfinas (la proteína que alivia el dolor y da bienestar) al propio tiempo que tener a la mascota en el trabajo dota al espacio laboral con la sensación de estar en casa.

Se sabe también que un lugar de trabajo pet-friendly disminuye la rotación de trabajadores y mejora la imagen de la empresa al interior y exterior de la misma, porque será estímulo para que una persona quiera trabajar en ella y al exterior se ve como una empresa comprometida con las necesidades de sus empleados.

¿Cómo habilitar una oficina en pet-friendly?

Sin duda habrá que preguntar a los empleados si ven esto posible, porque seguramente habrá a quienes la idea no les parezca buena, y no se les puede obligar a convivir con los animales de otros, si ellos no tienen los propios.

Ahora, si la comunidad ha optado por el sí, entonces se recomienda:

  • Tener un período de prueba con cada amigo peludo en la oficina.
    • Verificar que la mascota se adapte al lugar de trabajo, de no ser así, no se recomienda llevarla, porque le puede ocasionar estrés o tener comportamientos inusuales como ladrar todo el tiempo o morder a las personas.o con otros perros.
  • Determinar la cantidad de mascotas permitidas acudir diariamente a la oficina.
    • Dependiendo del tamaño del espacio se deberá determinar cuántas mascotas podrán asistir a la oficina cada día.
  • Limitar los espacios donde puedan deambular las mascotas.
    • Se recomienda un lugar preciso donde pueda caminar y hacer sus necesidades.
  • Todas las mascotas deberán portar collar, placa y correa.
    • Indispensable para tener el control del lomito y en caso de que se extravíe lleve los datos de su tutor en la placa.
  • Acordar las consecuencias por mal comportamiento.
    • Si la mascota incurre en alguna falta como: morder a otro perro, defecar, o destruir equipo o mobiliario de la oficina, el tutor deberá asumir el costo de la reparación o atención médica humana o veterinaria dependiendo del daño ocasionado
  • Solicitar que cada mascota pase un curso de obediencia y/o cuente con un certificado de salud.
    • Se puede pedir que el lomito cuente con un certificado de entrenamiento, para asegurar que es un animalito de buen comportamiento o no, pero lo que no es posible obviar es el certificado de salud, donde se indique que cuenta con el amigo perruno cuenta con el esquema completo de vacunación y la desparasitación, para evitar al máximo posible contagios de enfermedades que son prevenibles bajo el cuidado de estos esquemas de salud.

Finalmente, cabe mencionar que cuando se piensan en este tipo de espacios, se consideran principalmente a los perros, ya que los gatos son más complicados de manipular, y también no olvidar que esta idea puede ser muy buena, siempre y cuando se privilegie el bienestar tanto del humano como del canino.

Imagen tomada del Blog del Encantador de Perros César Millán.

ENLACES RELACIONADOS

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *