smart

La presentación del libro escrito por Carla Escoffié y prologado por Zaida Muxí, fue presentado este viernes 24 de noviembre en el Centro Cultural ULE, ubicado en La Mejorada.

El numeroso público nos resguardábamos un poco de la lluvia externa, pero también nos envolvíamos entre la lluvia mental de reflexiones, que nos caían como potente granizo sobre la cabeza. Tanto para quienes ya habíamos leído el libro, como para quienes asistieron para conocer sobre el mismo y adquirirlo, se cernía la inquietud, nos movilizaba el cuestionamiento, nos agitaba el sumar por medio de esta publicación de Grijalbo, un elemento más para desentramar, ¿dónde estamos hoy parad@s con respecto al tema de vivienda? En un país que desde hace décadas se vive hostil, poco amable para ser habitado, enajenado entre la violencia imparable y las crisis; la precarización social en la que todas y todos estamos inmersos es agotadora y entre generaciones se nos entrelaza un eje de preocupación que no nació de la noche a la mañana y que hoy es el resultado de pésimas o nulas políticas que permitan que el derecho a la vivienda sea ejercido.

Un derecho olvidado

Carla camina a nuestro lado mientras se va leyendo el libro, pareciera que estamos escuchando su voz potente y sin quebranto, como si estuviéramos en un café entre amigas, o platicando mientras avanzamos hacia el transporte que nos llevará a casa. Las reflexiones surgen naturales y van cobrando fuerza haciéndonos sentir cada vez más cuestionados y con deseos de tomar acciones contundentes, ante la gravedad del problema que estamos viviendo y que se nos viene encima como un tsunami, de no colectivizarlo y abrirlo a discusión en todos los niveles.

La voz activista de Escoffié se revela en cada capítulo, pero desde la profundidad del análisis, la meticulosidad de los datos duros y las pruebas fidedignas y estadísticas de que el tema del derecho a la vivienda, a habitar dignamente el territorio y la ciudadanía están en el fuego; estamos a tiempo de parar el incendio y no quedarnos con las cenizas. Y si a esto agregamos su fascinante estilo literario que navega entre ejemplos asequibles y divertidos, la lectura es imparable.

De las primeras palmadas que llegaron a mi mente ocupada en la supervivencia de ser foránea y quererme ganar el derecho de habitar mi nuevo estado, ser aceptada, comprender el ritmo, las normas, el clima y horarios de este nuevo modus vivendi, fue ¿y yo lograré tener una casa, hoy aquí, ahora o a mediano plazo en Mérida, lo conseguiré? ¿cómo lo voy a hacer?

¿Dónde y cómo quiero habitar este nuevo pedazo mío que es este territorio?

Abracé el primer capítulo como si de un salvavidas se tratara y agradecí enormemente el no sentirme como isla en reflexiones que llevan más de dos años dando vueltas en mí. En palabras de la autora: nombrar para transformar.

Cuestionarnos, verbalizar, abrir el diálogo es la puerta a la transformación.

Conocer, defender, reivindicar

Dividido en capítulos que van del 0 al 5, por medio de cada uno de ellos, titulados El derecho a la vivienda: Las batallas internas de las palabras, Especulación y burbujas inmobiliarias: el desastre, tal y como lo vio por Instagram (Mérida, Yucatán), Megaproyectos: piratas terrestres y motín inmobiliario (San Francisco de Campeche, Campeche), La vivienda de arrendamiento: inquilinos sin casas, casas sin inquilinos (Ciudad de México), Discriminación: cuando la vivienda sigue siendo el derecho negado (San Luis Potosí, San Luis Potosí), Vivienda y derecho a la ciudad: cuando el mercado se devora el hábitat (Área Metropolitana de Monterrey, Nuevo León), Carla Escoffié nos va dibujando el mapa preciso y con lupa de un fractal de nuestro territorio, que excelentemente bien elegido nos da un panorama más completo de la situación global en la que se encuentra todo nuestro país con respecto a la incertidumbre en el tema de vivienda.

Abordando las principales problemáticas, o las más emblemáticas, de cinco de nuestras ciudades nos vamos adentrando cada vez más en la comprensión y explicación de preguntas que seguramente muchos de quienes llegaron con avidez y necesidad al libro y de quienes aún están en ese trayecto, nos asaltan continuamente y nos invitan a tomar acciones, personales y colectivas.

Ayer en la presentación Carla nos invitó en tiempos electorales a cuestionar a los agentes de este periodo de promesas y campañas, a sumar una pregunta obligada y llevarlos a respondernos ¿dónde, exactamente y en qué lugar de su agenda están abriendo espacio para abordar el tema del derecho a la vivienda?

Resulta sumamente indignante, pero no increíble y mucho menos sorprendente, que la opacidad y corrupción en nuestro país mucho tienen que ver con que las políticas de vivienda se desconozcan, invaliden o no se difundan. A través de este fragmento del primer capítulo dedicado a nuestro meridano y metropolitano territorio, podemos visualizar a profundidad lo que seguramente debe replicarse como virus en muchos lugares de nuestro “cuerno de la abundancia”:

“Por otro lado, no hay autoridades que generen o recaben datos al respecto. Para esta publicación se hicieron solicitudes de acceso a información a la Secretaría General de Gobierno, a la Secretaría Técnica de Planeación y Evaluación, al Instituto de Seguridad Jurídica y Patrimonial y al gobernador-todas autoridades del estado de Yucatán-, acerca de cuántos lotes de inversión hay actualmente en la entidad, cuántos desarrollos ofrecen estos “productos inmobiliarios”, así como su crecimiento en los últimos años. Todas estas instancias se declararon incompetentes para dar una respuesta. También, la mayoría de ellas señaló que el ayuntamiento de Mérida era la autoridad competente. Asimismo, en solicitud de acceso a información pública, la Unidad de Transparencia del Municipio de Mérida declaró que la información era inexistente.”

Es inaplazable que nos apoderemos y nos empoderemos de esta causa, sin distinción de zonas, de ubicación geográfica en la ciudad, de ser o no propietari@s de una vivienda. Nuestro país sin techo nos grita a toda la población que exijamos respuestas y acciones ante una situación que nos aqueja y nos afecta sin distinción. Cerrar los ojos y mirar a otro lado, no es la solución, insisto, de negar el incendio, nos tocará levantar las cenizas.

Necesaria, urgente e irremplazable es la lectura del libro “País sin techo” de Carla Escoffié, como su presencia en los distintos medios donde podamos atrapar y empaparnos con su voz que busca despertar conciencias, y, sobre todo, movilizarlas.

Daniela Esquivel: Directora de escena, promotora de lectura, profesora y colaboradora de medios digitales. Exploradora gastronómica y lectora incansable. Nómada entre la Gran Tenochtitlan y la Tierra del Faisán y del Venado.

Un comentario en «Somos un País sin techo»
  1. Muy interesante y necesario es este libro para abrir los ojos de la ciudadanía, al derecho de vivir o tener un vivienda digna y bien construida en la que quien la construyó se haga responsable de su funcionamiento.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *