La Terraza Green, el vivero de barrio del Fraccionamiento Montecarlo

Sobre la calle 23 entre la 30 y 32 del Fraccionamiento Montecarlo hay un punto verde que surte a vecinos y transeúntes de vida con sus plantas y flores, ya sea para sus hogares o para dar un regalo, se trata del vivero de La Terraza Green.

Instalado en la cochera de la Familia Gamboa López desde el 2019, La Terraza Green cuenta con una ventaja competitiva que lo distingue de otros negocios de su tipo, tiene a Maritza López Pérez quien con un trato cálido y la asesoría correcta que da sus clientes sobre cómo cuidar sus plantas, no dudan en volver a Terraza Green por una planta o flor.

De la idea de tener un vivero Maritza nos cuenta:

Se dio por pura casualidad, mi esposo en sus ratos libres para relajarse del trabajo empezó a sembrar cilantro, tomate, y fue investigando como hacer los pacales para ir sembrando, de ahí compramos unas plantas de albahaca hizo unos esquejes, salieron los pusimos en unas cajitas de leche, las sembró se lograron 30, y le pregunté: ¿qué vamos a hacer con tanta plantita? y me dijo: ¿y si las pones ahí en la puerta a ver si se venden?

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Mariza López / Foto GoBo

La albahacas se empezaron a vender entre vecinos y amistades y ante el resultado a Oscar, el marido de Maritza, se le ocurre que sería buena idea vender plantas, para lo cual empezó a averiguar sobre proveedores, hasta que llegaron con el primo de un amigo, a quien le compraron cerca de 7 mil pesos en producto para iniciar el negocio, el cual también encuentra en su origen ante la incertidumbre laboral de Oscar, por lo que vivero lo vieron como un sostén, si por si por alguna razón Oscar se quedara desempleado ante la constante incertidumbre laboral. Maritza, nos cuenta que Oscar afortunadamente continúa con su trabajo, y mientras el vivero sigue creciendo.

Sin tener conocimiento de cómo cultivar plantas, Oscar encontró en el Internet los tutoriales precisos para iniciar con esta empresa, Maritza nos cuenta que se emocionó mucho cuando en el arriate pegado a la pared tiró unos tomates, salieron una plantas de tomate que les llegó a producir hasta 25 kilos, lo que incentivó aún más la idea de plantar su propio vivero.

Nos confiesa que al principio ella no se quería arriesgar con la idea del vivero por el tiempo que había que invertirle, aún cuando reconocía su propio espíritu de vendedora, pero las dudas se disiparon ante la chispa de Oscar para encender el negocio familiar.

Inician en 2019, y para el 2020 ya instalados en la pandemia era probable que la semilla de Terraza Green no diera raíz, ni planta, pero sucedió todo lo contariro:

En la pandemia fue cuando más se vendido porque el encierro motivó a muchos a buscar en qué entretenerse, además la gente iba al supermercado y todas las hierbas aromáticas las encontraban en mal estado, y como había tiempo de sobra para cuidar las plantas, empezaban a hacer sus huertos, entonces dábamos asesoría y vendíamos plantas, a partir de nuestra propia experiencia.

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La recomendación es el abono intangible del negocio

La recomendación de boca en boca ha sido la clave de la supervivencia del negocio, más que las publicaciones de facebook “si de los 200 que tenemos en facebook, nos compran 10 es mucho” nos cuenta Maritza. Señala que a la gente le gusta tener cerca las cosas y se le funcionan viene la recomendación “tenemos clientes que vienen a los dos meses y nos dicen, me sobrevió la planta y te recomendé.”

El tiempo para atender el negocio es la clave

Es un negocio de lunes a domingo no hay descanso, salvo que llueva señala Maritza. Es un negocio que implica tiempo, compromiso por aprender constantemente sobre cada una de las plantas que se tienen en vivero. A las plantas se les riega, se les poda hay que cuidarlas ,de lo contrario el capital se muere.

A diferencia de otro tipo de productos las plantas necesitan mucho más tiempo para ser objeto de venta, Mariza nos aclara que un árbol frutal, para que dé frutos deben pasar 2 o 3 años, y no siempre sucede, En cuanto las flores, no sólo es regalaras hay que cuidarlas de las plagas nos advierte Maritza.

Maritza nos cuenta que la gente en general le gustan las flores, y a los jóvenes particularmente las plantas porque quieren tener algo verde en su departamento, lo que ayuda a Terraza Green definir sus compras de mercancía, en función de su calidad, durabilidad y precio. Nos aclara, que sólo el 10 por ciento de lo que se produce en el vivero, el resto de los productos dependen de distintos proveedores.

Un vivero de familia

En las mañanas Maritza se dedica a regar y podar, por las tardes 0scar acomoda las plantas, da mantenimiento a la instalación del vivero.

Mariza y Oscar tienen tres hijos, las mayores ya están en la universidad por lo que se limita el tiempo de trabajo en el vivero, mientras que el que el hijo menor, ayuda con barrer y regar.

Abrimos desde las 9:00 y como el negocio es en casa, mientras la luz esté prendida atendemos, porque hasta las 9 o 10 de la noche nos buscan los clientes para comprar una planta o flor que van a regalar porque tienen un compromiso.

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Oscar Gamboa López / Foto GoBo

A veces, nos cuenta Maritza, se puede llevar a hasta una hora en enseñar, explicar, recomendar el cuidado de las plantas para concretar una venta del producto y esto no sucede, pero ello no la desanima, al contrario le dice a los clientes renuentes que las puertas del Terraza Green, siempre están abiertas por si quiere volver.

Los árboles, las plantas y las flores requieren cuidado para permanecer vivas, quienes los siembran y cultivan mejoran su vida y la de todos.

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