Si ofendes con tus bromas, tal vez son discriminación o violencia

En el marco del Día de la Cero Discriminación, tómate un espacio para reflexionar sobre tus palabras y acciones, a veces algo que puede parecer inofensivo para ti, podría incurrir en una situación de discriminación para otras personas.

Ligia Vera Gamboa, representante del Consejo de la Diversidad Sexual del Ayuntamiento de Mérida, sensibilizó sobre situaciones en el ámbito escolar que son discriminatorias y violentas para las infancias y cómo esto se extiende hasta la vida adulta.

Explicó que la discriminación en la diversidad sexual es evidente desde “bromas” y señalamientos a personas que forman parte del colectivo LGBT+.

“En las escuelas a veces las mismas maestras, maestros o el personal que está a cargo de niñas y niños, si un niño llora o ve un niño ‘afeminado’, en seguida es la expresión ‘qué maricón’ o ‘eres una niña’ que va en contra también de las mujeres”.

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Todas estas, son violencias y discriminación que continúan presentes en la actualidad; que no finalizan en la vida escolar, sino que siguen en la vida laboral, razón por la cual muchas personas prefieren omitir su orientación o identidad sexual para no recibir un trato distinto.

Recordó que, según el INEGI, 31.2 por ciento de las y los yucatecos dijeron sentirse víctimas de discriminación en diversos espacios.

“El Día de la Cero Discriminación surge básicamente para proteger la salud de las personas porque se enfocó mucho en VIH, que al inicio estaba asociado con la orientación sexual”, informó.

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A pesar de la información actual, el día continúa siendo en pro de la salud, en especial haciendo el llamado a no criminalizar hacia las personas que viven con VIH o cualquier otra infección de transmisión sexual.

Aprovechó también para decir que la función del consejo tiene la función únicamente de orientar, sin embargo, han decidido impartir temas educativos especialmente en fechas relevantes como el 1 de marzo (Día de la Cero Discriminación).

En particular, refirió que para las y los trabajadores sexuales el panorama es aún más difícil, pues su trabajo es observado desde una perspectiva religiosa de forma común o, incluso sin la religión, juzgando su labor.

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