En muchos aspectos la pandemia nos robo tiempo de nuestras vidas, y uno de ellos fue en la consecución de los estudios de nuestros hijos, pues muchos pasaron en blanco casi dos años escolares, aún con los esfuerzos de padres de familia, maestros y autoridades, el camino de aprendizaje se vio impactado ante la falta de presencialidad en la escuela.

En unas semanas está por iniciar el próximo ciclo escolar, y vale la pena preguntarse si sería pertinente que nuestros hijos repitan el año escolar con el afán de que puedan regularizar su aprendizaje.

Si bien es cierto que el sistema educativo tiene la consigna de acreditar el año escolar, sin importar los resultados del aprovechamiento, los padres de familia o tutores tienen el derecho de solicitar la no promoción o revocación de grado, la cual se ampara a la luz de las Normas específicas de control escolar relativas a la inscripción, reinscripción, acreditación, promoción, regularización y certificación en la educación básica, Título IV, numeral 4.11.

En el compromiso de la educación de nuestros hijos y de las infancias en general está en que reciban, tanto de los padres de familia como del Estado ,educación de calidad. de asegurarse de que comprenden lo que leen. que el pensamiento matemático se va desarrollando adecuadamente; qué van comprendiendo las problemáticas sociales, así como el entendimiento de la naturaleza y el pensamiento crítico va tomando su cauce.

El que un niño repita un año a escolar, aunque institucionalmente no sea necesario para el avance en el grado de sus estudios, sí podría necesario para afianzar lo que no se obtuvo por la pandemia, lo que asegurará un mejor futuro desempeño escolar, lo cual puede quedar es una decisión de los padres, no del sistema escolar, la opción está y vale la pena considerarla.

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