Jannah Novelo Albores tiene 12 años y pasión por el esgrima.
Su pasión no solamente la ha llevado a tener el nivel para irse al Campeonato Panamericano de Esgrima Infantil, sino también a realizar diversas acciones para recaudar los fondos necesarios para hacerlo.
Entre vuelos, pasaporte, hospedaje, uniforme y otros elementos que requería, necesitaba alrededor de 25 mil pesos. Cantidad que tuvo que conseguir en un mes, que fue el tiempo desde que le avisaron que fue seleccionada hasta la competencia.
Para comenzar a juntar el dinero, Tabatha —hermana de Jannah, también esgrimista— comenzó a vender scrunchies; pero una amiga le sugirió vender comida para tener más ventas, decidieron hacerle caso y comenzaron a vender panditas con chamoy, también vendieron brownies en su colonia, yendo de puerta en puerta.
Además, su mamá, Roxana Albores García, vendió tortas, empanadas y otros guisos, así como bolis y refrescos para que lograran su meta.
Logramos juntar bastante, calculo que como unos 300 pesos diarios más lo que costuro, más lo que mi esposo logra sacar. Él se dedica a darle mantenimiento a piscinas.
También recibieron donaciones que contribuyeron para hacer posible lo que miran como un sueño. Roxana mira que no podían quedarse sin juntar el dinero para acudir a este evento, pues podría ser un impulso en la carrera deportiva de su hija. Fue así que encontraron diversas formas para conseguirlo.
Gracias a las diversas acciones que realizaron, lograrán hacer posible la participación de Jannah en los panamericanos en Costa Rica el próximo 18 de agosto.
Cómo conoció el esgrima
Está pasión la encontró gracias a que formó parte de un selectivo, en el que, según sus capacidades, les indicaban qué deporte sería el ideal para desarrollarse.
En este selectivo, en realidad, le dijeron que su perfil era el ideal para remo, sin embargo debido a la complejidad que representaba irse a Progreso de forma tan constante, su papá le dijo que eligiera otro entre los que le sugerían.
Pero aún no llegó el esgrima porque la segunda opción fue tiro con arco, pero seguía lejos de su hogar el entrenamiento. Fue entonces que el esgrima apareció como su mejor opción.
El proceso no fue inmediato, al principio a su papá no le gustó este deporte y le dijo que regresara a halterofilia, deporte que practicaba ante, pero ella le dijo que no quería cambiarse porque esgrima le gustaba.
Esgrima es un deporte que no solamente necesita fuerza, sino también pensar, eso fue lo que más le gustó y el argumento que le dijo a su mamá para quedarse en este deporte.
Ahora que lleva algunos años practicándolo, lo que más le gusta es la competitividad y la rapidez de la disciplina.
Es muy rápido porque tienes que pensar y ver cuando tengas la oportunidad de atacar y que el otro se equivoque es salir y a tocar.
Actualmente entrena en el Centro de Alto Rendimiento Deportivo (CARD) y esta semana tomará rumbo a Costa Rica para competir en los Panamericanos, evento deportivo que podría catapultarla a un mundial o un olímpico.
A ella de alguna manera sí se le abre una puerta al ir a un panamericano, aunque es infantil, pero tiene las posibilidades de ir a otro, expresa su mamá.
Esta no es la primera vez que se va a una competencia, situación que le ha dado experiencia para el deporte, pero también de vida.
Su oportunidad para irse a los panamericanos, ha sido todo un proceso, luego de la competencia de CONADE de este año, quedó en onceavo lugar en sable, pero dado que había espacio para seis personas de esa categoría y no iban todas, enviaron su solicitud y fue aceptada.
Acompañar a una deportista
Roxana Albores no acompaña a una deporista, sino dos. Dos de sus hijas son esgrimistas y siente mucho orgullo de que sus hijas estén apasionadas por el deporte, por lo que quiere apoyarlas al máximo en esto.
Ella misma fue competidora de halterofilia, por lo que entiende muy bien las emociones propias de las competencias deportivas.
También su hija Tabatha, a sus 14 años, está participando en competencias de esgrima. A ambas, las apoya y motiva para continuar creciendo en el deporte.
Ella misma recuerda con mucho orgullo que fue ganadora en su deporte años atrás y que también su esposo practicaba halterofilia. Para Roxana, su labor como mamá es encontrar la manera para que puedan continuar desarrollándose y aprovechando las oportunidades que se les presentan.
¿Y el apoyo de las autoridades?
Roxana Albores aprovecha también para señalar que no tuvieron apoyo de las autoridades para las y los deportistas que se van a estos panamericanos.
Destaca que la administración que va de salida ya no está realizando ciertos procesos y la que entrará, aún no está en funciones, por lo que hay una transición que ha dejado sin tener a dónde acudir.
Además, al maestro de esgrima que acompañará a las niñas, tampoco le brindan los recursos para el viaje; razón por la cual las mamás y papás decidieron solventar sus gastos. «Cero apoyo del gobierno, incluso los uniformes y el jueceo es costeado por nosotros».
Cuestiona también que exista un CARD, es decir, apoyo para la formación de deportistas, sin una continuidad en su proceso.
«El proceso que está haciendo el Gobierno para formar deportistas en el Estado está incompleto porque te estás gastando cierto presupuesto para llegar a la mitad, ya no lo continúas, es ilógico».
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