No todos somos expertos, pero sí buenos comelones.

Creo que esta descripción podría aplicar a paladares mexicanos diversos, desde el norte del país, hasta el sur más sur.

Al mexicano le gusta comer.

Eso creo que pocos lo discuten, aunque se que existen contadísimas excepciones de melindrosos y melindrosas que seguramente no comparten el placer de la gula mexicana, que lo mismo les da una sopa de estrellita instantánea que reservar en Los Almendros, garnachear hasta que se te pongan los labios de Angelina Jolie después de probar todas las salsas, que mal asarse una pechuga ponerle limón y listo.

Para esas criaturas pusteques no podría haber un sí y un no.

Peeeeroooo, para quienes no tenemos paladar de corcholata y vamos por las cocinas económicas, puestos de tacos, merenderos, antojerías, fondas, restaurantes fifí, food trucks, bicicletas de tacos de guisado y todo lo que se puedan imaginar que sea Food&Comida, con las papilas gustativas desenvainadas está dedicado este tecleo de hoy.

¿Qué no perdonas?

¿Un lugar sucio? ¿Una mala salsa? ¿Un negocio pretencioso? ¿Mala atención? ¿Demora? ¿Precios excesivos?

Y por otro lado…

¿Qué toleras y hasta pasas por alto?

Espero que no caigan en el extremo que alguna vez escuché de: mientras no tenga cucaracha…

¡Zaz! Casi me desmayo. Yo personalmente procuro ser siempre muy amable y solicitar las cosas de buena manera y con expresiones precisas como “la salsa está agria, ¿podría cambiarla por una más fresca?” Y si me hacen caras, me maltratan o me llevan la contraria, he de decirlo, se me salta la vena.

Las abuelitas nos entrenaron bien para ser unos entes gourmet casi natos. Nos decían “está bueno pruébalo”. Y sí, generalmente sí. Con orgullo puedo decir que en México sabemos lo que es comer bien y eso nada tiene que ver con lugares, costos, estrellas Michelín, ubicaciones, bolsillos, distinciones Beteta, etc. Lo que está bien preparado, está bien preparado, lo que tiene calidad, tiene calidad y podemos muchos de nosotres distinguirlo. Seguramente poseemos un gen muy especial. Ese que se deleitó con el cacao y el maíz, reconociendo en sus sabores algo no solo nutritivo sino potencialmente delicioso.

Nuestra naricita experta sabe dónde está lo bueno y vamos a comprobarlo y cuando llegamos a fallar, pos no volvemos y ya.

Para ir cerrando les dejo un ejemplo semanal de mi sí y no.

El sí

Una pozol ería a pie del periférico de la ciudad de Mérida, El Gran Maíz, me pareció un sí, ante todo por su limpieza y atención. Inmediatamente nos preguntaron al recibirnos si conocíamos el tamaño de las porciones y nos mostraron los platos. La mesa se encontraba muy limpia y en cuanto nos sentamos la montaron con el servicio básico (esto es importantísimo porque a veces hay que estar robando servilletas de donde se puede, o rogando por un salero que jamás llega, en fin).

El pozole blanco fue presentado con sus aditamentos bellamente montados en un platón de barro, con cantidades exactas y generosas que no dejaban marco a la carencia o por el contrario, al desperdicio. Sus salsas (todas) eran absolutamente deliciosas y frescas. Una sorpresa muy agradable haber descubierto este sencillo pero delicioso lugar. Su ubicación la comparto como foto.

Foto Dan Esor

El no

El no semanal fue para un chamorro que no cumplió nuestras expectativas y que se acompañó de unos complementos nada frescos, que al entrar a la mesa prometían mucho por su despliegue colorido, pero que lamentablemente no alcanzaron a ser más que una atracción visual. Un mal guacamole, unos limones pasados y unas salsas agrias pueden desmoralizar a cualquier barriguita aventurera. El espacio me lo reservo, ya que mi intención no es devaluar ni darle mala fama a ningún lugar, solamente aplaudir y recomendar aquellos que se ganaron mis ganas de regresar una y otra vez. Sin embargo comparto aquello que me desagradó como un foco de atención para quienes se dedican a la preparación y servicio de alimentos: un ingrediente vetusto puede arruinar todo el placer de comer. Diga no a guacamoles con aguacates sobre maduros, jitomates ponchados y cebollas agrias.

Foto Dan Esor

Les dejó como “bonus” las ligas donde pueden consultar un par de términos aquí utilizados, uno de ellos pusteque, que espero a algunes les haya hecho recordar los regaños maternales por rechazar las lentejas.

¡Hasta la próxima!

Les dejó como “bonus” las ligas donde pueden consultar un par de términos aquí utilizados, uno de ellos pusteque, que espero a algunes les haya hecho recordar los regaños maternales por rechazar las lentejas.

¡Hasta la próxima!

https://www.cocinayvino.com/en-la-cocina/especiales/sibarita-gastronomia-gourmet/#:~:text=Son%20t%C3%A9rminos%20frecuentemente%20utilizados%20en,%3A%20sibarita%2C%20gourmet%20y%20gourmand.

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