En México, los trabajadores disfrutan de un promedio de 14 días de descanso remunerados al año, una cifra que contrasta con la de otros países donde se otorgan hasta 30 días. Esta diferencia puede influir en la capacidad de los empleados para desconectarse de sus actividades laborales y, en consecuencia, en su bienestar general.
Erika Villavicencio, académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que llos 14 días incluyen las prestaciones de ley, así como los días oficiales del calendario; sin embargo, advierte que debido a la educación del país, la mayor parte de la gente continúa laborando incluso cuando tienen días libres.
«Está mal visto en muchos espacios de trabajo que te salgas a tu hora, eso lo asocian con que no te interesa, que puede estar en riesgo tu puesto».
Y es que a pesar de esta cultura, la realidad es que la desconexión laboral es esencial para mantener un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal. Villavicencio explica que incluso los procesos de atención se optimizan cuando se toman descansos. Tomarse pausas permite a los trabajadores recargar energías, reducir el estrés y mejorar su salud mental. Sin embargo, con un número limitado de días de descanso, lograr esta desconexión se vuelve un desafío.
Es importante que tanto empleadores como empleados reconozcan la importancia de estos periodos de descanso. Fomentar una cultura laboral que respete los tiempos libres y promueva la desconexión puede conducir a una fuerza laboral más saludable y productiva.
Además, se recomienda a los trabajadores aprovechar al máximo los días de descanso disponibles, planificando actividades que les permitan relajarse y desconectar del entorno laboral. La implementación de prácticas como establecer límites claros entre el trabajo y la vida personal, y evitar revisar correos electrónicos o atender llamadas laborales fuera del horario de trabajo, puede ser beneficiosa.
En resumen, aunque los días de descanso remunerados en México son limitados en comparación con otros países, es fundamental utilizarlos de manera efectiva para garantizar una desconexión adecuada de las actividades laborales, promoviendo así el bienestar y la salud mental de los trabajadores.
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