Abierto de martes a domingo de 8 de la mañana a 8 de la noche, Pistache, ubicado en Plaza Fortuna en la Colonia Montecristo, se ha vuelto en muy poco tiempo, uno de mis restaurantes favoritos al norte de la ciudad.
Más allá de la sencilla elegancia del lugar, de la posibilidad de encontrar espacios accesibles para estacionarse, de la comodidad que representa poder pasar una mañana de trabajo, disfrutar de su carta y deleitarse con sus postres y repostería francesa, está la excelencia de su personal.
Durante mucho tiempo me he privado de ciertos alimentos por cuestiones de salud, tristemente me he perdido de disfrutar sobre todo de panadería y repostería.
Imaginarse en un café con oferta de cocina francesa y sin poder probarla, suena un poco tortuoso, pero las últimas veces que me había atrevido a desafiar mis restricciones alimentarias sufrí las consecuencias. Sin embargo, todo lo que mi sentido de la vista apreciaba y mi olfato disfrutaba, me hacían sentir que estaba en la posibilidad de volver a confiar en una auténtica receta de macarons franceses sin que hubiera engaño de por medio y me pudieran hacer daño.
Gustosa acepté ser consentida por la amiga querida que me invitó en aquella ocasión a celebrar mi cumpleaños, rodeada de colores y sabores.
Los macarons (macarrones) que elegí fueron perfectos, no sólo en forma y sabor, textura y color, además en variedad. Estos deliciosos pastelillos o galletitas que nacieron en el siglo XVIII en Francia, preparados a base de harina de almendra, clara de huevo y azúcar -básicamente-, se han ido popularizando cada vez más en nuestra cultura gastronómica, pero no siempre son preparados con ingredientes de calidad, pueden llegar a ser alterados con otras harinas para abaratar costos y eso no permite que los conozcamos en toda su original, o casi original, dimensión.
Soy la fidedigna prueba de que los ingredientes utilizados son de primera calidad. No tuve ninguna molestia estomacal o de alergias y eso me hizo sentir muy tranquila.
Pistache, hace un excelente trabajo al tener una pastelería, panadería y repostería de altísima calidad que no se deben perder, es un fantástico lugar para tener una cita amorosa, una reunión de trabajo o para desayunar con amistades. Lo disfrutarán desde el inicio, hasta la última migaja. Garantizado.