Seas o no empresario, imagínate la siguiente situación: Necesitas personal para el puesto de Director General de tu empresa (de la cual vives y das de comer a tu familia). Ahora, para ese puesto tan importante solo cuentas con dos opciones, bueno tres, no más, es todo lo que hay. Después, a esos candidatos, tú, quien los va a contratar, les das un presupuesto grosero para que hagan una campaña a su favor y te puedan convencer de que son los apropiados para llevar las riendas de tu empresa. Uno de estos prospectos, el dinero que le diste lo ocupa, entre otras cosas inútiles, en saturar de propaganda las redes sociales así como todo el camino que te lleva de tu casa a tu empresa y de regreso, compra espacios en la estación de radio que escuchas al igual que en el periódico que lees, contrata especialistas en imagen y comunicación para hacerte un coco-wash profesional, te invita a un mitin organizado para ti a que pierdas todo tu día escuchándolo, mientras se desquicia a vecinos y a vialidades, pero a cambio de tu valioso tiempo hay tortas, refrescos en bolsa y hasta una enfermera por si te da la insolación. Entonces escuchas las propuestas que tiene pensado implementar si se queda con el puesto vacante, así te enteras que piensa cambiar los focos fundidos, que arreglará el baño, que te regalaría una computadora, que conseguirá internet gratis, entre otras maravillas. Aunque son absurdas sus propuestas te atreves a preguntarle cómo piensa lograr todo eso que cacarea y no te lo dice, en vez de eso, te saca una lista, mucho más grande que su lista de propuestas, de todas las razones por las cuales no debes de tomar en cuenta a los otros suspirantes al mismo puesto. Pero eso no es todo, tras sacudirte todos los absurdos de este prospecto vas con el segundo y, para tu sorpresa, vives una especie de grotesco deja-vu, pues todo es exactamente lo mismo, sólo cambia de color. Lo peor, es que aunque ninguno te guste, si o si tienes que contratar a alguna de tus dos opciones, bueno tres (se me olvida que existe un tercero), no solo eso, también vas a tener que firmar toda la chequera en blanco y entregársela, a sabiendas que tampoco vas a poder controlar ni cómo ni en qué gastará tu dinero, además, una vez que tome el cargo él será quien tome todas las decisiones importantes para el futuro de tu empresa y, si te va bien, te pasara un reporte de los daños y pérdidas cuando termine su contrato… Y ya.

Todo esto se lee absurdo, ridículo, hasta inverosímil, pero es exactamente lo que sucede en cada elección. 

El próximo 2 de junio tenemos la responsabilidad de contratar a quien ocupará el puesto de Presidente de nuestro País, de Gobernador en nuestro Estado, de Alcalde en nuestro Municipio y las curules para Diputados y Senadores. Hoy aún tenemos nosotros el poder de decidir, pero si en estas elecciones no votamos de manera inteligente y acertada, quizá sea la última vez, en mucho tiempo, que nuestro voto tenga valor.

No la tenemos fácil, ya no hay ideologías en los partidos, solo intereses. Ya no hay partidos de izquierda o derecha, ahora todos son ambidiestros. Pero todo esto es culpa nuestra, de los ciudadanos, que hemos sido Patrones Ausentes. Esto debe de cambiar, porque nosotros somos los arquitectos de nuestra propia desventura y mediocridad social, sobre todo, cuando votamos a lo pendejo.

@jmpumarino

José María Pumarino, escritor, cineasta. Leyendo aprendí a perderme, escribiendo a encontrarme.

ENTRADAS RELACIONADAS

8 comentarios en «Patrones Ausentes…»
  1. Así es tal cual, ojalá lo logremos entender. Los servidores públicos son nuestros empleados, trabajan por y para nosotros, pero luego los vemos como si fueran reyes. Dejemos de comportarnos como lacayos y comportémonos como lo que somos, los patrones. Saludos.

    1. Interesante punto de vista, una manera muy digerible y concreta de explicar una compleja relación entre políticos y ciudadanía. Pero ni así, un chairo podrá entenderlo.

  2. Son tiempos difíciles en los que debemos dar con inteligencia nuestro voto.
    Lo más triste es que en nuestros estados y municipios ya están elegidos los que subirán al poder, ya fueron apadrinados, la voz del pueblo no es tomada en cuenta, sobre todo cuando las decisiones son tomadas por células delictivas.

  3. Exacto, así es. Y hasta que no lo entendamos, participemos y exijamos resultados positivos, cuentas claras, transparencia, nada va a cambiar. Lo lamentable es que cada vez más todas las decisiones se las estamos dejando al gobierno y este al ejército, cada vez tendremos menos poder, menos libertad de acción y expresión. Y es algo que estas generaciones no acaban de entender.

  4. No es que seamos PATRONES AUSENTES, es que muchos de los otros “patrones”, son felices estirando la mano recibiendo las “míseras dádivas” que les da el DIRECTOR GENERAL de la empresa. Les ha encantado esa dinámica y no se estiran ni un poquito para VER que hay otras opciones cuyo resultado seguramente sería mejor.

  5. Me gusta la analogía empresarial para representar el 02 de junio; un contrato , con cocowash, despilfarre de dinero y sin opciones para elegir una propuesta diferente. Como bien dices, no la tenemos fácil, las opciones no son muy buenas y ya muchos no creemos en ningún partido ni en ningún político. Pero tenemos que involucrarnos.

  6. Seamos concientes de nuestros votos. Es el valor y el poder que le daremos a la persona que nos representará como País, ciudad y/o municipio.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *