La diferencia de edad en la parejas ¿sigue siendo un tema del «qué dirán»?

A principios de la década de los 90 del siglo pasado, el hoy extinto Príncipe de la Canción, José José, abarrotó la programación musical de la radio con su tema 40 y 20, cuya historia hacía referencia a una pareja donde el hombre era mayor que la mujer 20 años, donde ellos se amaban, y qué importaba lo que dijera la gente.

Un estudio reciente de la Universidad de Atlanta revela que a mayor diferencia de edad, las relaciones fracasan, a lo cual se añade la presión social, y las distinciones entre hombre y mujer, porque la óptica cambia si el hombre es mayor, a qué si la mujer es mayor ¿a poco no?

Poco hemos avanzado en estos temas, aún cuando hay personajes que demuestran que se puede y se puede bien, sino preguntarle al presidente de Francia, que su mujer es mayor que él por más de 20 años.

Cuestionar al otro sobre la diferencia de edad de sus parejas siempre es tema de conversación de quienes no están involucrados en la relación, pero nadie sabe mejor que quienes la viven los pros y contras que los que están ahí.

Ahora, estamos hablando de relaciones entre adultos y consensuadas, de ninguna manera sobre las prácticas de mujeres menores de edad que obligan a casarse con hombres mucho mayores, como sucede aún en varias partes del mundo, incluso en ciertas comunidades de nuestro país por usos y costumbres.

Hombre mayor, mujer jóven

La psicologa Melissa García Meraz explicó por qué las mujeres jóvenes se sienten atraídas por los hombres mayores.

“La sociedad disculpa más que un hombre tenga una relación con una mujer mucho menor que él porque piensan que hay un tipo de intercambio. El hombre provee la estabilidad económica y emocional, mientras que la mujer aporta la parte atractiva. Se piensa que hay una correlación”.

Por otra parte, en términos de procreación el hombre, por muy mayor que sea, sigue siendo fértil gran parte de su vida, de manera que no tendrá problemas en este aspecto con una mujer joven. “Es una relación más aceptada socialmente, que no se ve con tan malos ojos; pero sí se presta para estos términos de sugar daddy o sugar baby”.

Mujer mayor, hombre joven

Conquistar y hacer pareja a un mujer joven, siempre es visto como un logro del sostenimiento de su virilidad, no obstante cuando la historia es al revés, el asunto no es bien visto.

García Meraz, opina que no debería ser así; sin embargo, indicó que “si ya hay un tabú sobre las parejas con diferencia de edad, esto empeora cuando una mujer es la mayor de la relación”.

“De manera formal, una mujer mayor no puede estar con un hombre joven. El asunto es menos abierto al público, pero claro que es frecuente, aunque menos aceptado en comparación a la situación que analizamos del hombre. A la gente se le hace todavía más extraño este tipo de relación y vienen todas esas ideas prejuiciosas de que quizá ella le da algo económicamente, o que él es un cazafortunas, entre otras razones”.

Pero una mujer mayor resulta atractiva para un hombre, debido a que éste valora mucho no sólo la experiencia de ella, sino su seguridad en sí misma. Una mujer madura es, por lo general, mucho más estable emocionalmente; tiene más los pies en la tierra y reconoce su propio valor.

Por otro lado, Meraz señaló que las relaciones que sostienen mujeres mayores y hombres jóvenes son de cohabitación; es decir, hay un tipo de acuerdo para vivir juntos, pero no están unidos en matrimonio. Este tipo de relaciones son románticas o sexualmente activas, y permanentes o a largo plazo. “Es algo que no conocemos a fondo aún; no hay datos, pero existe. Me parece que este tipo de relaciones son bastantes exitosas”, agregó.

Los pros de la diferencia de edad

Vivir nuevas experiencias

Cada pareja es un mundo igual que lo es cada persona, de manera que tales pros no serán igual en cada uno. Pero una de las ventajas es que todos viviremos nuevas experiencias porque adelantamos o retrocedemos a otras edades con todo lo que eso comporta.

Madurez

A aquellas personas que todavía no son responsables del todo, este tipo de relaciones les ofrece una gran madurez y con ello aprenden a ser más seguras en todos los estamentos de la vida.

Aprendizaje continuo

Ligado al primer punto se trata de aprender cada día de la otra persona. Porque la juventud aporta algunas cosas pero la experiencia muchas más. Así ambos aprenden y se retroalimentan, sin duda es una relación realmente diferente y apasionante.

Los contras

Diferencias generacionales

Muchas generaciones se miden y se asemejan por su manera de hacer y actuar. Cuando existen estas diferencias comprobamos que nos gustan cosas diferentes o bien que tenemos una manera distinta de ver vida o de actuar ante un hecho.

Todo ello pasa por vivir experiencias distintas. Mientras que uno va más acelerado el otro está calmado porque ya ha pasado por eso y quiere hacer otras cosas en la vida. Por ejemplo, si una parte de la pareja ya tiene hijos, quizás no quiera tener más, pero el otro sí, por ello, lo acontecimientos futuros serán entonces distintos. Y esto acaba por hacer romper la pareja.

Madurez-inmadurez. Aunque esta condición depende de cada persona, uno muy maduro no podrá vivir tan fácilmente con alguien a quien le importen poco las cosas.

Círculo de amistades distinto. Además puede ser que los círculos de amistades sean completamente distintos. El más joven tenderá a ir con personas de su edad y puede que el más mayor se siente algo desplazado cuando estén en grupo. Pero la cuestión es adaptarse y poder vivir estas experiencias de igual forma.

Recomendaciones

  • Dejar espacio a la otra persona
  • Si estamos incómodos con determinadas cuestiones las podemos hablar
  • Necesitamos máxima comunicación entre la pareja
  • Compartir pasatiempos va bien
  • Enriquecerse en el uno del otro es una gran ventaja que permite aprender más
  • Los mayores vuelven a ser más jóvenes, los jóvenes aprenden y maduran antes.

Sin duda alguna, para decir que el amor no tiene edad y normalizar este tipo de relaciones sigue siendo un tema de larga discusión, pero está ahí y cualquiera le puede pasar, enamorarse de la juventud o la madurez.

Con información de UNAM Global y Look

ENTRADAS RELACIONADAS

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *