Mar. Jul 1st, 2025

Si tu techo no es blanco, ¡a pintarlo para bajar el calor en tu casa!

En Mérida, donde los termómetros superan los 40 grados durante varios meses del año, mantener las viviendas frescas no es un lujo, sino una necesidad. Aunque se le conoce como la Ciudad Blanca por sus construcciones coloniales y el uso del color en su arquitectura, hoy más que nunca hace falta tomar medidas para que este nombre también signifique frescura y resiliencia ante el cambio climático.

Una de las estrategias que ha mostrado resultados positivos en otras partes del mundo, como la India o Estados Unidos, es la implementación de azoteas blancas: superficies que, en lugar de absorber el calor como lo hacen los colores oscuros, lo reflejan, ayudando a disminuir significativamente la temperatura dentro de las casas.

Esto es especialmente importante en una ciudad como Mérida, donde el crecimiento urbano desmedido —con pavimento en lugar de áreas verdes y un aumento constante de vehículos— ha provocado que cada vez sea más común el fenómeno conocido como “islas de calor urbanas”: microambientes donde las temperaturas son más altas que en los alrededores.

Expertos de la UNAM, como Francisco Estrada Porrúa y María Amparo Martínez, han demostrado que pintar las azoteas de blanco puede reducir hasta 30 °C en la temperatura superficial de un techo y, a nivel urbano, puede representar una diferencia de hasta 4 grados centígrados menos en el ambiente en comparación con zonas que usan colores oscuros. En un experimento reciente, se documentó que los techos pintados de blanco llegaron a 40 °C, mientras que los de color ocre alcanzaron hasta 70 °C.

En Mérida, esta medida podría significar un alivio inmediato para muchas familias, especialmente aquellas que no pueden costear sistemas de enfriamiento como aire acondicionado, cuyo uso también representa una fuerte carga para el medio ambiente y la red eléctrica.

Los especialistas recomiendan también complementar esta acción con otras estrategias como techos verdes (con vegetación), aumento de áreas arboladas y el uso de materiales de construcción que reflejen la luz solar en lugar de absorberla.

En una ciudad donde el calor ya no es estacional, sino constante, pensar en soluciones sencillas, económicas y efectivas se vuelve urgente. Las azoteas blancas son una de ellas. Y aunque puede parecer algo mínimo, pintar los techos de blanco puede ayudar a mitigar los efectos del cambio climático a nivel local y mejorar la calidad de vida en nuestras casas, colonias y barrios.

Frente a un entorno urbano que se calienta por la expansión descontrolada y la reducción de zonas verdes, este tipo de soluciones son más que bienvenidas: son necesarias.

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