Mié. Abr 16th, 2025

¿Qué papel tienen las escuelas en el abordaje del suicidio?

ByCecilia Abreu

23 de julio de 2024

La escuela llega a llamarse segundo hogar, debido a la cantidad de horas que pasan las y los estudiantes en la misma; convirtiéndose incluso en un sitio donde docentes pueden identificar ciertas situaciones en niñas, niños, adolescentes y jóvenes.

La interacción diaria en este espacio, permite conocer e identificar actitudes que podrían poner en riesgo al estudiantado, es así cuando hay violencia en el hogar, por ejemplo; pero también es así cuando hay una condición de riesgo suicida.

Aunque esto no quiere decir que necesariamente es en este espacio donde se identifica que una persona está viviendo esta condición, al ser uno de los lugares en donde puede identificarse, es necesario que tomen acción para informarse acerca del suicidio y qué hacer si tienen sospecha de que un alumno o alumna está atravesando una situación de riesgo.

Edgardo Flores, psicólogo con enfoque en suicidología, explica que el personal educativo en la actualidad necesita contar con preparación para identificar factores de riesgo en la comunidad estudiantil, debido a la alta incidencia de suicidio en el estado.

“Contar con información actualizada nos va a permitir tener una acción correcta y atender de forma pertinente a esa persona y evitar algún tipo de intento e incluso una muerte por suicidio”.

Cuando es en la escuela que identifican una condición de riesgo suicida en un/una estudiante, es imprescindible que se comunique la situación de forma inmediata a la familia, haciendo de su conocimiento cuáles fueron las señales de alerta que observaron para sospechar de que tiene la condición de riesgo, recomendándoles acudir con especialistas en el tema.

Luego de ocurrir esto, la escuela puede solicitar una carta de seguimiento para asegurarse de que la familia acudió a la especialidad correspondiente; incluso pueden solicitar una copia del protocolo de seguridad —sobre el cual abundaremos más adelante—.

En caso de que la familia no realice esto, en la escuela pueden tomar un rol de acompañamiento (no de intervención) para que mientras esté allí, esté en un “refugio” o espacio seguro.

Aprender sobre señales de alerta, es una de las recomendaciones que realiza para el personal educativo, pues pueden contribuir para identificar estas posibles condiciones de riesgo suicida.

Además de informar a la familia, señala, es necesario crear una red de apoyo que acompañe a la persona que está atravesando el riesgo (no necesariamente desde la escuela ni solo en ella); algo muy importante es que este acompañamiento tiene que ocurrir sin juicio, estigma, ni señalamientos.

Además, será necesario crear un protocolo de seguridad que deberá tener en resguardo la o el especialista que le esté brindando atención, pero que también deberán conocer y tener copia en el colegio, la familia u otros grupos a los que pertenezca.

El psicoterapeuta indica que este protocolo es para que, si ocurre una crisis, en cualquiera de sus círculos sepan cómo actuar.

“Este tema del plan de seguridad creo que es algo que no se está usando mucho y la gente desconoce la utilidad que tiene”.

Con este plan o protocolo de seguridad, la persona que está viviendo esta condición puede activar una serie de pasos para reducir el malestar, pero esto va acompañado del entorno.

Estos pasos son generales y cada persona con condición de riesgo debe tener sus propias listas, además se seguirán de forma paulatina; este es un protocolo de seguridad:

Paso 1: La persona con riesgo suicida identifica sus pensamientos, acciones que indican que se acerca a una crisis o malestar profundo. También puede ser que alguien de fuera identifique una señal de alerta.

Paso 2: Realizar una de las actividades de su lista que puede ayudarle para reducir el malestar. Que no le pongan en riesgo, ni a otra persona, ni al entorno.

Paso 3: Seguir la lista de personas que no necesariamente saben de la condición de riesgo, pero con las que pueda realizar alguna actividad para distraerse. Siempre sin ponerse en riesgo propio, a otra persona o al entorno.

Paso 4: Acudir a la lista de personas que tienen conocimiento de la condición y han recibido capacitación o formación o alguna sesión de psicoeducación sobre lo que significa la condición de riesgo y que ofrecerán un entorno libre de juicios. Puede ser el psicoterapeuta, cuando así lo ofrece.

Paso 5: Llamar a líneas de atención en crisis disponibles 24/7 – 800 108 8000, 800 911 2000

Paso 6: Que haya un espacio de seguridad, donde sea minimizado el acceso a cualquier instrumento con el que la persona se pueda hacer daño; mientras esto ocurre, también deben comunicarse al 911 indicando que es un código 100 para que acudan con los elementos necesarios para el abordaje.

El especialista reconoce que hay personas que quieren hablar y concientizar sobre el suicidio, sin embargo, quieren hablarlo de forma interna (en escuelas, áreas laborales u otros ámbitos) y no siempre cuentan con las herramientas y el conocimiento necesarios para hacerlo.

Por eso, impartirá el taller “¿Cómo hablar del suicidio en mi entorno?”, en la búsqueda de brindar herramientas para hablar del suicidio con conciencia y responsabilidad; este taller tiene una cuota de recuperación de $250 y abordará:

  • La complejidad del suicidio
  • Factores que inciden
  • Señales de alerta
  • Pautas generales de acción

Aunque este taller es dirigido al público en general y no solo hacia el personal escolar, es de enfatizar que docentes, coordinación, dirección y otros actores en la comunidad estudiantil, pueden detectar situaciones para las que es necesario tener preparación, por lo que se les invita a tomarlo.

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