Mis árboles del pasado y presente: Marite Bautista, arquitecta sustentable

Durante mi andar  por Yucatán, conocí a Marite Bautista, ella es arquitecto con especialidad en sustentabilidad, es decir,  que se encarga de diseñar estructuras respetando los recursos naturales, buscando siempre mantener un bajo impacto para con el medio ambiente.  Marite, es foránea, llegó a Mérida buscando nuevas oportunidades laborales.  

Conocer nuevos lugares la mantienen motivada por sobre el calor extremo.  Su trabajo actual es de campo, conectándola con rincones mágicos en las colonias meridanas donde los árboles  le salvan el día, no sólo alegrando su corazón y conectándola con sus raíces, sino por sus bondadosas y frescas sombras durante las horas de más calor, y si el árbol tiene frutos y no está dentro de una propiedad privada, también calman el hambre y la sed, pero Marité y su equipo también se han topado con vecinos atentos que regalan las frutas que nacen en su propiedad.

El amor por los árboles que esta joven profesional no oculta, nació en su casa gracias a un hermoso ejemplar que le regalaba tamarindos, otro le obsequiaba nanche, con  ellos aprendió a trepar árboles.

Recuerdo cuando jugaba arriba de un almendro con mis amigos y se partió la rama, todos fuimos a dar al suelo.

MB

Otro recuerdo muy sentido lo evoca el flamboyán, a través de uno de ellos,  evidenció la hermosa conexión que existe entre todos los seres vivos, es que su abuela, quien era la que le invitaba a conocer los nombres, aromas y sabores de cada fruto, sembró uno a mitad del patio de su casa. Lo cuidó hasta el día de su muerte. 

No hubo forma que el árbol siguiese con vida luego de la partida de la abuela.  La tía de Marité le contó que en el pueblo tienen la costumbre de hablarle a las plantas para que crezcan, den flores y frutos, que cuando tienen mucho apego por quien les ha cuidado, mueren con su dueño. 

Marité considera que Mérida es un punto de reunión de personas de diferentes pensamientos, países y creencias, ello te permite vivir experiencias únicas – asegura-, también acota:

Lo no tan bueno es el crecimiento urbano sin planificación, no dejan espacios verdes para que la ciudad respire, es una capa de concreto que aprisiona el calor, haciendo que sea más intenso, además de que es cara y exclusiva, puedes vivir bien y cómodo si tus recursos económicos te lo permiten, si no es así, es más complicado pero no imposible.

Bautista considera que es importante que todos entremos en conciencia de la importancia de rescatar, recrear, multiplicar los espacios verdes, luego resalta que la construcción inmobiliaria debe evaluarse con otros criterios que no son los actuales.

En conclusión, estimados lectores, todos en algún momento, así como Marité, disfrutamos de la sombra de un buen árbol,  ¿Podemos aportar sembrando uno?.  En la web existen guías gratuitas que ofrecen los nombres de las especies propias de la región y que se adaptan fácilmente a la vida urbana, que no rompen la banqueta y no sea un obstáculo para caminar ni para la visibilidad de los usuarios de la vía pública.

Mérida está a tiempo de rediseñar la ciudad en base a medidas sustentables que respeten la flora y fauna local, contemplando los beneficios para diversas formas de movilidad,  sin obviar y marginar las costumbres y culturas propias de la región. Se espera que el corredor gastronómico sea un ejemplo de ello. Recuerden, estar informados es de ciudadanos responsables y comprometidos con su entorno.

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