Las deudas agobian, pues muchas veces se ven impagables, y los celulares no dejan de sonar reclamando su pago, pero por más que uno ignore, bloque los números de dónde llamen, las deudas siguen ahí, no desaparecen por arte de magia. Sólo desaparecen cuando se empiezan a pagar, y si ya se hizo conciencias de ello y se quiere dormir mejor al restar preocupaciones, entonces habrá que seguir una estrategia, aquí hay dos para acabar con el insomnio.
La avalancha
Si se es una persona equilibrada, paciente y calculadora, la estrategia es la avalancha.
Primero, hay que elaborar un listado con las diferentes deudas y ordenarlas de mayor a menor tasa de interés.
El objetivo es pagar los mínimos requeridos de todas ellas, y a la que te genere mayores intereses, dedícale todo el dinero extra que puedas cada mes hasta que se salde.
Por ejemplo, si tu hipoteca tiene una tasa del 8%, la letra del televisor que compraste es del 12%, la de tu automóvil del 15% y la deuda de tu tarjeta de crédito está al 25%, aporta todos los recursos que puedas a saldar esta última, siempre cumpliendo con los pagos mínimos de las otras.
La bola de nieve
Una situación de endeudamiento puede provocar altos niveles de estrés, de modo que la psicología es un factor a tener muy en cuenta.
Ver cómo las deudas se alargan en el tiempo puede ser desmotivador y minar los esfuerzos para conseguir el ansiado saldo cero.
Pongamos el caso anterior: se tiene una hipoteca de un millón de pesos, acabas de comprar el televisor por 7 mil pesos. 0, te quedan 25 mil pesos por pagar de tu vehículo y debes 10.000 en tarjetas de crédito.
Si el primer objetivo es saldar la deuda de las tarjetas, pero los ingresos son ajustados puede llevar años lograrlo y, sin una férrea disciplina, quizá se tire la toalla a mitad de camino.
Entonces se puede optar por la estrategia de la bola de nieve.
Lo primero, hacer una lista de las deudas igual que en el caso anterior, pero no hay que ordenarlas por tasa de interés sino por importe.
Por supuesto, hay que hacer los pagos mínimos de todas, y dedicar todo el dinero adicional para que se pueda a cubrir aquella con un menor importe hasta que sea saldada..
El primer esfuerzo será por pagar el televisor. Un objetivo alcanzable, ¿verdad?
Al lograr la primera meta se verán pronto los resultados del esfuerzo, lo que motivaría aún más para seguir saldando las deudas del vehículo, las tarjetas de crédito y la hipoteca, en este orden.
Aunque desde un punto de vista puramente matemático la bola de nieve sea menos eficiente que la avalancha, según expertos puede alcanzar los mismos o mejores resultados.
También existe la posibilidad de combinar ambas: primero pagar la deuda más pequeña y, con la motivación del primer éxito, pasar a la estrategia de la avalancha para afrontar el resto de tus deudas.
Lo importante: gestionar bien tus deudas
Para el académico y experto en finanzas mexicano Norman J. Wolf las dos estrategias pueden ser válidas, siempre que se disponga de unos ingresos estables.
Y, en caso de que se haya acumulado un monto demasiado alto, «otra opción razonable es consolidar la deuda con un solo banco», asegura.
Este profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México aporta algunos consejos para gestionar nuestras deudas de la forma más inteligente posible.
«Lo primero es saber qué estamos firmando cuando compramos algo. Que nos den nuestra tabla de amortización y, si no la entendemos, pedir a un experto que nos la explique».
En esa tabla figuran todos los pagos a realizar en el préstamo, como cuánto hay que pagar de capital, de intereses y cuál es la deuda pendiente en cada período.
«En plazos largos lo que buscamos primero es pagar el capital: poder hacer pagos grandes que salden el capital y que el interés vaya así disminuyendo», indica Wolf.
El experto asegura que, en un momento inflacionario como el actual, lo mejor es «dar prioridad a aquellas amortizaciones en las que primero se pague más capital y dejen los intereses al final», datos que deben figurar en la tabla de amortización.
Y, en caso de tener que elegir entre bola de nieve o avalancha, se inclina más por la segunda.
«Puedes considerar cuál es la tasa de interés más agresiva, y yo diría: primero pagar las deudas con la tasa más fuerte y luego las que tengan la tasa más pequeña».
Nota con información de BBC Mundo.
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