La inseguridad de las mujeres no es personal, es social

“Porque eres mujer”.

Vaya justificación sin fundamento. Tan utilizada.

Siempre opino que decirles etiquetas a las infancias es inadecuado porque si de forma reiterada le dices a una niña o niño que es “malo”, en algún punto llega a creérselo, hasta actuar en concordancia con dicha etiqueta.

Lo que no puntualizo tan a menudo, pero que ocurre del mismo modo, es que las mujeres tienen cierta tendencia hacia la inseguridad porque recibieron (recibimos) muchas etiquetas limitándonos desde pequeñas.

Y es que a veces el mensaje no es tan explícito como “tú no puedes porque eres mujer”, pero no exime del mensaje porque todo a nuestro alrededor comunica… “La primera vez que ‘el hombre’ llegó a la Luna”, “la mujer es la musa del artista”, son tan solo un par de ejemplos de la lista infinita que perpetúa el mismo mensaje… aunque no lo digan literalmente.

Tengo la certeza de que las mujeres y los hombres podemos desarrollar las mismas capacidades. Pero no podemos poner a competir en una carrera de atletismo a una persona que ha entrenado durante 10 años y a una que ha entrenado por tres meses esperando que obtengan los mismos resultados.

Digamos que sucede algo similar cuando la sociedad prepara (“entrena”) mentalmente a los hombres para pensar que les pertenecen las posiciones de poder y a las mujeres a pensar que tienen que cubrir las necesidades del hogar (y además crecer profesionalmente, por supuesto). Las condiciones no vienen en una posición de igualdad.

Menos aún si ciertas oportunidades literalmente son otorgadas de forma prioritaria al sector masculino. Porque, aunque eso parezca del siglo pasado, continúa ocurriendo hoy.

Dirigiendo esto específicamente hacia las inseguridades, miro que es una tendencia común que las mujeres impriman un esfuerzo triple para conseguir lo mismo que los hombres consiguen con mucho menos.

Foto de Cecilia Abreu

Esto, no nace simplemente por querer esforzarse, sino también por la inseguridad que genera la sociedad que grita de diversas formas que no podrás; pero también por muestras tan evidentes de que ellos recibirán todo de forma más sencilla (y no quiere decir que en todos los casos lo reciban fácil o regalado, solo más sencillo en comparación).

Deseo que algún día no tengamos que andar haciendo estos análisis y distinciones entre género. Porque eso únicamente significaría que ya no es necesario, que ya no existen esas distinciones. Pero hoy es así y hay que hacerlo.

Muchas veces el género femenino es cuestionado por no confiar en sus capacidades, como si fuera “¿por qué no confías en ti y ya?”. Pero entonces volvemos al principio, las etiquetas tienen mucho poder y si desde pequeñas recibimos cierto mensaje, deshacernos de él, aunque lo queramos, incrementa un trabajo más. Uno muy difícil. En especial porque el mensaje continúa presente.

Pero escribo esto, no para victimizarnos, sino para visibilizar porque si algo tengo claro, muy claro, es que las mujeres podemos. Las mujeres somos totalmente capaces. Las mujeres merecemos alcanzar las posiciones que deseemos.

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