Todos los miércoles un grupo de ciclistas llamado Cicloturixes rueda por las calles de Mérida, y en su rodada #496, pedaleada el 20 de abril, se celebraron dos cosas el Día de la Tierra y el de la Bicicleta, ambos trascendentes para un mundo que grita todos los días lo mal que la están pasando los diversos ecosistemas que coexisten con los humanos en la tierra.

Los Cicloturixes son una asociación civil que busca concientizar, entre otras cosas, sobre las bondades de andar en bicicleta como son la salud y la movilidad, la primera más perceptible, ya que con tan sólo pedalear 20 minutos se pueden llegar a perder cerca de 130 calorías. En cambio, para la segunda, hay que pedalear más, porque se tiene que ciudadanizar la mirada sobre la manera como los habitantes de una ciudad se movilizan, y cuales son las consecuencias sobre su movilización.

Si bien es cierto que cada rodada con los Cicloturixes es una experiencia particular, la 496 tuvo como eje parte del trabajo cívico que desde hace 12 años está pedaleando está organización: incidir en las políticas públicas, para mejorar la movilidad en Mérida, y por ello invitó a los diputados locales a acelerar la apertura de foros para la discusión de la Ley Federal de Movilidad, la cual fue aprobada recientemente en el Senado de la República.

Foto cortesía de Cicloturiexes

Consideramos que es urgente sustituir la Ley de Tránsito y Vialidad así como el Reglamento de Tránsito que rigen en Yucatán desde 2011 por una Ley de Movilidad Segura y su respectivo Reglamento que ponga en el centro de la normativa, la seguridad de los usuarios más vulnerables de las calles como lo  son las personas peatonas, especialmente las niñas y los niños, las personas de la tercera edad, las personas con discapacidad así como los usuarios de vehículos no motorizados. Estamos convencidos que el principal objetivo de una Ley de Movilidad Segura para Yucatán debe ser gestionar la movilidad para proteger la vida de las personas.

Everardo Flores, presidente de Cicloturixes

Sin duda el trabajo que se tiene que hacer será intenso, que si bien es cierto se parte de un trabajo normativo, es indispensable que las acciones cotidianas coadyuven, no sólo para que se cumplan las leyes, sino para fortalecer la capacidad de convivencia que se requiere para que peatones, patinadores, ciclistas, motos, automóviles y camiones convivan en términos de la urbanidad que requiere una ciudad civilizada.

En los últimos cinco años, Mérida registró una migración de 80 mil personas para radicar a la ciudad, lo que está complicando la movilidad, la vivienda, los servicios en general, pero el crecimiento urbano no se percibe ordenado.

Sin embargo, todavía hay oportunidad de no acabar como las grandes ciudades de este país en lo que respecta a su caos vial. A los meridanos nos deben servir estas localidades de ejemplo, para extraer, tanto de sus lecciones aprendidas como de sus buenas prácticas en temas de movilidad y con ello poder pedalear más rápido y de bajada, para agarrar el impulso necesario que nos lleve a tomar las mejores decisiones como sociedad en materia de movilidad.

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