En principio en Vive Mérida te diremos que sí lo es, y te damos una par de las razones que te va ayudar a tomar la decisión por si se está indeciso. En lo que va del año en Yucatán 2,421 personas han sido mordidas por un perro, a lo que podemos agregar, las cerca de 60 toneladas de heces fecales que se encuentran regadas en las calles de Mérida contaminando el aire que respiramos, y que no son sólo responsabilidad de los canes y michis callejeros, a esta cantidad también contribuyen los domésticos por la falta de tenencia responsable de sus tutores.

Aun cuando aún cuando en Yucatán hay un esfuerzo ciudadano serio a través de organizaciones civiles y clínicas veterinarias por realizar continuamente campañas de esterilización, todavía la población le falta hacer conciencia del tema pues en el imaginario aún persisten muchos mitos al respecto.

5 mitos sobre la esterilización de los lomitos

  • MITO 1. Las hembras deben tener una camada al menos una vez en la vida.
    • REALIDAD: Las hembras esterilizadas antes del primer celo tienen menos probabilidad de desarrollar cáncer de mama, útero u ovarios.
  • MITO 2. Mi perro va a perder masculinidad.
    • REALIDAD: Sigue siendo “macho”, eso no se pierde, de la misma manera en que un humano no pierde su identidad de género.
  • MITO 3.  La esterilización cambia el carácter, los perros o gatos se vuelven menos activos.
    • REALIDAD: Sí hay cambios, se vuelven más equilibrados.
  • MITO 4. Tienen derecho a conocer el amor, después de la esterilización los animales ya no presentan ansiedad por buscar apareamiento.
    • REALIDAD: Los perros y gatos no se aparean por placer, sino por una cuestión biológica para perpetuar la especie.
  • MITO 5. La cirugía de esterilización conlleva posteriores complicaciones en su salud.
    • REALIDAD: Los animales no esterilizados tienen mayor riesgo de padecer tumores y, en el caso de las hembras, complicaciones por el parto o, como se mencionó, de desarrollar cáncer.

La esterilización de tu lomito es un asunto de salud pública, porque la reproducción está descontrolada, de no ser así no habría tanto perro callejero padeciendo hambre, sed, la inclemencia de la intemperie y enfermedades sin cuidados veterinarios que tarde o temprano los harán sufrir hasta que finalmente fallecen por enfermedad o porque han sido arrollados, ya sea por accidente o por la inclemencia de un conductor.

A esto le tenemos que sumar que continuamente, ya sea por las redes sociales o los medios de comunicación, nos enteramos del envenenamiento de lomitos a manos de vecinos que no gustan de los animales, tal y como sucedió hace unos días en el poniente de las ciudad, lo cual se supo a través de una denuncia mediante las redes sociales de Red Animal Yucatán que alertó sobre el envenenamiento de 20 perros entre callejeros y domésticos.

En la medida que un lomito no se esterilice, aumenta la posibilidad de tener más lomitos en la calle, pues la tenencia de un mascota representa una inversión importante, y por ello muchos lomitos que fueron parte de camadas, digamos hasta cierto punto planeadas, y cada cría fue vendida o regalada a personas que se comprometieron a su cuidado, lo cual no siempre sucede y terminan en la calle y se reproducen para vivir mal y ser víctimas de maltrato animal, como comúnmente se dice: «llevar una vida de perro.» Mejor por eso ESTERILIZAR.

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