Tradicionalmente, hemos escuchado que el dolor es un camino a la sanación.
En lo personal, y en mi experiencia como terapeuta, me parece que tocar el dolor generado por una vivencia es necesario para asimilarla, al igual que es importante encontrarle sentido, aprendiendo a vivir con él y generando un aprendizaje.
Cabe destacar que no es buscar el dolor por el dolor mismo, sino llevar un camino de aceptación y asimilación de aquella experiencia de la cual huimos porque no queremos sentir dolor.
Estoy convencido de que el dolor no es la única vía para esta sanación, pues la experiencia del placer nos conduce a esa misma sanación, pero por otro sendero.
Las experiencias placenteras son sanadoras; tampoco se trata del placer por el placer mismo, sino que, al hacer contacto con la experiencia placentera, se revitaliza y renueva toda la persona.
Un organismo que sufrió una herida y atravesó el proceso de sanación puede ser un buen ejemplo de esta propuesta de los dos caminos: placer y dolor.
Cuando se tiene una herida, se experimenta dolor, porque el cuerpo está reaccionando y respondiendo a esa lesión, además de mandar un mensaje al cerebro, para hacerle saber que algo está pasando y requiere de nuestra atención, de la misma manera que al aplicar algún tratamiento se siente dolor, porque es el cuerpo contestando a esa transformación y sanación.
Por temor al dolor, podemos llegar al extremo de no aplicarnos el tratamiento, por lo que es importante acercarnos al dolor y aceptarlo para que pueda curar.
Creo, entonces, que no es el dolor el que cura, sino el hecho de atreverse a transitar por medio de él, para tocar la herida y sanarla.
Al observar la experiencia del placer en el organismo, hallaremos muchas respuestas fisiológicas que le permiten llenarse de energía, salud y moverse, desde la producción de neurotransmisores (sustancias que se encuentran en el cerebro para producir felicidad) hasta la reacción muscular emocional, pasando por sus implicaciones psicológicas y simbólicas.
El placer sana, porque fortalece el sistema inmunológico.
El placer sana, porque permite tener otra mirada hacia la vida.
Psic. Raúl Rodríguez / Tel. 985 103 42 63 / @psicraulrodriguez
Raúl Rodríguez Sansores es egresado del I Curso-Taller de Periodismo Ciudadano organizado por Vive Mérida y Habitación Propia.
Creo que ese camino es difícil pero el correcto, es un proceso que depende de la persona pero siempre llegar a ese punto es sano, en mi duelo el haber llevado ese tipo de búsqueda de sanación me ayudo mucho!
En experiencia propia tuvo mucho sentido el camino a la sanación a través del dolor y el placer. Raúl es un gran terapeuta.. me condujo para darme cuenta que soy lo que soy después de haber transitado en el dolor y recuperarme a través de lo que más amo.