Crisálida, un centro cultural que fomenta la lectura desde la infancia

Por Cecilia Abreu, con información de Lorena González Boscó

En el norte de Mérida, Miriam Pablo Rodríguez, Sandra Álvarez Betancourt y Nereyda Pablo Rodríguez, crearon un rincón singular que busca transformar la experiencia del descubrimiento literario para las nuevas generaciones. Crisálida, nombre que encierra el significado de crecimiento, no es solo una librería… es un Centro Cultural que ha florecido con el propósito de ser un espacio donde las y los niños y adolescentes, no sólo adquieran conocimiento a través de los libros, sino que experimenten un cambio profundo por el gusto por la lectura y la ciencia.

Nereyda, una de las mentes detrás de Crisálida, comparte que el nombre refleja no solo el crecimiento de las infancias, sino también su propia metamorfosis, especialmente tras el fallecimiento de su hijo. Este lugar, nos cuenta, es donde el cambio se gesta; entras y sales diferente. Crisálida es un santuario donde se alimenta la imaginación y se permiten crecer alas.

La selección de libros en Crisálida no es al azar. Obtienen sus tesoros literarios del Fondo de Cultura Económica y otras fuentes, incluyendo plataformas como Amazon. Su dedicación las lleva a buscar títulos específicos, asegurándose de ofrecer una gama que promueva no solo el crecimiento emocional y personal, sino también el interés en áreas científicas y la creatividad.

De izq, a der. Nereyda Pablo Rodríguez, Miriam Pablo Rodríguez y Sandra Álvarez Betancourt

Pero el Centro Cultural Casa Crisálida va más allá de la venta de libros. Sandra con su experiencia editorial, decidió crear un espacio que refleje la cultura de Inglaterra, donde las librerías son lugares para sentarse, leer y sumergirse en historias. Este centro cultural abarca desde talleres y divulgación científica hasta eventos artísticos y cinematográficos.

Con apenas un mes en Mérida el Centro Cultural Casa Crisálida ya ha atraído la atención. Ocho niñas y niños ya son miembros, y la respuesta de la comunidad mantiene sus expectativas, pues ya acuden a preguntarles por el Centro Cultural y cómo pueden inscribir a sus hijos, sobrinos e infancias cercanas.

Con inversiones personales, el equipo detrás del Centro Cultural Casa Crisálida ha iniciado este viaje cultural con la visión, de no sólo crecer, sino de convertirse en un pilar en la ciudad y el estado.

A pesar de la omnipresencia de la tecnología, en este espacio reconocen el valor del formato físico tradicional. Creen que tener un libro en las manos va más allá de las pantallas digitales, apostando por ofrecer a las y los niños experiencias sensoriales y la magia de sumergirse en las páginas de un libro.

Además cuenta con cafetería, donde los padres de familia pueden trabajar, mientras sus hijos están en algún taller o en en la sala de lectura, y cuenta con una extensa variedad de juegos de mesa para la convivencia, familiar o con amigos, además de que se imparten cursos de ilustración científica, que se suma a la gama de actividades que ofrece.

El Centro Cultural Casa Crisálida, no solo busca cambiar la forma en que se ven las bibliotecas, sino también la percepción de los niños hacia la lectura. Con actividades que van más allá de los libros, buscan acercar a los más pequeños a experiencias que despierten su curiosidad y les animen a explorar el mundo de la lectura como una fuente de diversión y aprendizaje. En Crisálida, el cambio no es sólo inevitable, es celebrado como un paso esencial en el viaje de crecimiento y descubrimiento de cada niño.

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