El ciclismo urbano organizado comenzó a tener relevancia en México hace aproximadamente 16 años, por aquel entonces, si usabas una bicicleta para ir a trabajar te veían como un bicho raro, pero al ver que un ciclista te rebasa cuando vas en tu auto y se aleja entre el tráfico, sin duda, te hace reflexionar sobre la posibilidad de hacer lo mismo.
Sin embargo, ser ciclista en este país, a pesar de los beneficios que ello reporta en nuestra salud. movilidad y ambiente, no es una práctica del todo bien vista, pues muchos siguen pensando que andar en bicicleta es signo de pobreza o todavía más al ver muchos ciclistas en el transitar de las calles se les considera como si fueran de una casta inferior; incluso cabe decir que se mantiene la concepción de que un «pueblo bicicletero» es aquel que le falta progreso a su población, por decir lo menos.
Mérida es un lugar donde todos los días ocurren una cantidad de accidentes viales considerables, dada la imprudencia de los conductores de todo tipo de transporte motorizado, a tal grado que no sería extraño que los misma población vea al ciclismo como un deporte extremo, a lo cual se le suma, la prepotencia de algunos uniformados, que lejos de reconocer el estado de indefensión en el que se encuentra el ciclista ante un autobús, auto o motocicleta, los sancionan porque consideran que entorpecen la vialidad.
Sin embargo, no sólo en Mérida, sino en el resto del estado, la bicicleta para un gran número de sus pobladores es el medio de transporte, y poco a poco los ciclistas urbanos han ganado sus propios derechos en las políticas públicas, reglamentos de tránsito, leyes de movilidad, y se ha dejado de ver a la bici como un símbolo de pobreza para empezar a concebirse como un medio de transporte eficiente, económico y ecológico, y ese logro, en mucho los yucatecos se lo debemos a Cicloturixes.
El pedalear de la libélula
Fue hace 12 años cuando un grupo de jóvenes destacados, encabezado por Everardo Flores,crean el colectivo Cicloturixes cuyo principal objetivo es visibilizar el ciclismo urbano en Yucatán. Mi primer contacto con ellos fué al llegar a Mérida hace 11 años. El encuentro fue en uno de sus ya tradicionales «Miércoles Turix». La cita en ese entonces era a las 8 la noche en el monumento a la Patria, ahí vi personas de todas las edades y en todo tipo de bicicletas, listos para emprender un recorrido por la ciudad. La idea entonces como ahora es: apropiarse de las calles de la ciudad de Mérida.
Más de 500 rodadas después, no ha cesado el entusiasmo de quienes asisten a ellas, no importa si hay lluvia, calor o mosquitos se pedalea, lo cual no hubiera sido posible sin el ánimo y pasión de los Cicloturixes, a quienes sólo detuvo por un tiempo sus rodadas la pandemia.
En mi mente aún perdura aquella primera rodada a la que asistí, y se siente bien ver cómo aquellos jóvenes han convertido a la rodada del miércoles en parte de la cotidianidad urbana, a la par que han sido inspiración para que otros grupos se organicen para practicar el ciclismo urbano y de montaña, pues muchos de los integrantes de estos nuevos colectivos rodaron primero en los Cicloturixes, y gracias a ellos conocieron la bondad de pedalear una bicicleta.
Por otro lado, los Cicloturixes han sido uno de los motores esenciales para promover la economía local, pues gracias a su insistencia en pedalear, emprendedores vieron en la renta de bicicletas una oportunidad de negocio que sostienen en mucho gracias a las iniciativas de esta asociación, pero todavía más, han influido en el gobierno local y estatal para legislar en materia de movilidad urbana promover y crear espacios exclusivos para el uso de bicicletas como son las ciclopistas entre ellas, la que destaca, es la de Av. Montejo, entre otros muchos logros que han pedaleado.
Quienes celebramos con ellos su doceavo aniversario, disfrutamos de una hermosa noche, donde cerca de 120 personas, recorrimos el centro histórico, partimos un delicioso pastel de chocolate, y personajes como Abraham Wejebe, un señorón de más de 70 años, junto con otros participantes incansables de estas rodadas fueron reconocidos por su perseverancia y dedicación al ciclismo urbano. Don Abraham es una figura relevante, que además hace ciclismo de montaña y ha ganado reconocimientos y medallas, pero creo que el Jersey y el diploma que le dieron los Cicloturixes lo debe haber llenado de orgullo.
Sin duda, uno de los episodios épicos de estas rodadas fue aquella de las Ánimas que congregó a más de 1000 ciclistas, un pelotón sin duda que tomó las calles para ampliar la mirada de todos, sobre que andar en bici es sinónimo de pedalar para sentirse vivo, ante el viento que toca la cara y el aire que se respira para seguir andando, no sólo en las rodadas, sino en la vida misma.
Finalmente, cabe decir, que en el pasado, el presente y el futuro del ciclismo en Yucatán, los Cicloturixes, ya cuentan con un apartado protagónico en su historia, y decir que nuestro estado se necesita más participación de la sociedad civil organizada como son estas libélula donde sus acciones hablan más que sus palabras producto de 12 años de trabajo desinteresado a favor de la inclusión y democratización de la calle donde ya se han pedaleado muchos kilómetros, pero a tomar aire que faltan miles por recorrer todavía, para lograr la ciudad que todos queremos.
Maravillosa labor muy loable
[…] Por Ricardo Hernandez Soto Vive Mérida […]