La comida horneada y sin conservadores es una alternativa sana para las mascotas.
«Quien alimenta a un animal hambriento, alimenta su propia alma»
Charles Chaplin
El poeta francés y premio nobel de literatura Anatole François Thibault, mejor conocido como Anatole France, dijo alguna vez que “hasta que uno no ha amado a un animal, una parte del alma sigue dormida” y, siendo así, el alma de Julio está más que despierta.
Cuando su golden retriever murió de cáncer, fue tanto el dolor, que juró que no volvería a entregar su corazón a un compañero perruno; sin embargo, años después, sus hijos le insistieron en adoptar a otro… y no solo eso, sino que el amor que siempre ha tenido por los canes, le llevó a emprender para procurarles el mayor bienestar, a través de una alimentación saludable.
Fue así como Julio Kaiser decidió replicar en México una idea que había tenido gran eco en otros países: comida horneada para perros y gatos.
“TRUF tiene su origen ocho años atrás, con el éxito que tuvo una empresa colombiana llamada PIXIE, en el mercado de la comida natural, sin conservadores ni colorantes; ya tiene muchos años desarrollándose en Estados Unidos y, en Canadá, todavía más. En México no había ninguna empresa que pudiera montar una planta de producción con una capacidad instalada de 200 toneladas, para fabricar productos con estándares de calidad altos”, señala.
Convencido de que una dieta sana para las mascotas necesariamente empezaría por eliminar los alimentos repletos de componentes químicos que pueden ser perjudiciales, optó por lanzar al mercado esta línea de comida, elaborada con ingredientes frescos y 100% naturales.

“No usamos ningún tipo de conservador, colorante, ni saborizante; su palatabilidad es muy alta, ya que brinda un sabor delicioso. Todas nuestras recetas están creadas y formuladas por médicos veterinarios zootecnistas, especialistas en el desarrollo de este tipo de alimentos. Importante mencionar los beneficios que tienen estos alimentos, no en contra, pero que no tienen los alimentos ultraprocesados o las croquetas: mayor digestibilidad, por ser un alimento húmedo y horneado, menor cantidad de heces y menos olorosas; los perros y los gatos tienen también menos gases”, comenta.
Kaiser asegura que, a raíz de la pandemia, el mercado de las mascotas en México ha crecido de manera descomunal, especialmente en lo que se refiere a la alimentación libre de aditivos y aún no se le ve un techo de crecimiento.
En el caso de TRUF, todos sus productos están elaborados con ingredientes naturales, con base en los requerimientos de las mascotas, según su fase de desarrollo.
“Trabajamos con cuatro proteínas aisladas: res, pavo, pollo y cordero, mezcladas en casi todas las dietas con arroz integral, huevo, quinoa, camote, espirulina; le añadimos una mezcla de vitaminas y minerales específicas para cada edad fisiológica del perro o del gato; tenemos dietas para cachorros, adultos y senior. Para gato, usamos la proteína de pescado, a base de tilapia y algo importantísimo es que todo el proceso productivo tiene una trazabilidad absoluta desde que compramos las materias primas y llegan a la planta hasta que el producto está listo para su comercialización”, menciona.
El cuidado que pusieron en la construcción de dicha planta, que consta de 1,200 metros cuadrados en Querétaro y tiene todas las certificaciones, incluso para exportar a Estados Unidos, provocó que tardaran en ponerla en marcha, comenta Julio, por lo que, a pesar de existir desde hace tres años, TRUF lleva comercializando sus productos solamente un año y medio. Como dato interesante, el 90% de su personal está integrado por mujeres.
Actualmente, TRUF cuenta con tres canales de venta: el autoservicio en cadenas de supermercado y en los llamados “clubes de precios”; en las tiendas de mascotas a las que próximamente les fabricarán su marca propia, y el e-commerce, a través de su página de internet, disponible por el momento únicamente en el Valle de México.
“Contamos con un distribuidor bastante fuerte que yo he desarrollado y está en Mérida, una especie de “doghunter”; montamos congeladores en veterinarias y abrimos puntos de venta en hoteles, clínicas, hospitales; tenemos una presencia creciente todos los meses en lo que se refiere al número de puntos de venta en Mérida”, celebra.
En cuanto al precio, el fundador de la marca admite que algunos de sus productos pueden ser ligeramente más que otros en el mercado; sin embargo, garantiza que la inversión vale la pena por los beneficios que brindan.
“Entramos dentro de la categoría de alimentos superpremium o premium, estamos en costos como un Hills o un Royal Canin o como un Proplan; en el caso de un tamaño de perro grande o mediano, podemos estar un poquito arriba de una croqueta superpremium, pero para perros pequeños y minis podemos estar hasta un poco abajo y competimos directamente en precio contra las latas de Proplan, Hills o Royal Canin”, explica.
De acuerdo con su creador, TRUF ofrece varias ventajas a las mascotas con necesidades particulares.
“Para pacientes con problemas de edad y dentadura, este alimento al ser húmedo, el perrito o el gatito se lo puede comer mucho más fácil; además, se puede observar mayor vitalidad y hasta un cambio en el pelo cuando comen TRUF”, explica.

Dada la similitud entre el nombre de su empresa y el de aquellos productos que se conocen como Alimentos Crudos Biológicamente Apropiados o BARF (Biologically Appropriate Raw Food), a Julio le gusta dejar muy clara la diferencia.
“Nuestra comida es horneada, en un horno alimentado por gas, entonces, nuestro grado de inocuidad en el momento en que el producto sale del horno, es altísima, porque todo está cocinado. La comida BARF es una comida 100% cruda que no trae un tipo de proteína definida, sino que puede traer varias, trae hueso, vísceras, mucha sangre, porque es comida cruda y no hay una trazabilidad de del origen de las materias primas”.
Destaca, además, que el principal problema es la clandestinidad con la que opera una gran cantidad de productores de BARF.
“En el caso de muchos comercios en Mérida, se fabrica en cocinas o en lugares clandestinos y estos productos no tienen ningún tipo de certificación, permiso o salubridad. Todo lo que se comercializa en TRUF, se manda antes a laboratorios para que nos den el visto bueno y esté apto para el consumo de las mascotas; esa es la gran diferencia: BARF es crudo y TRUF es horneado o cocinado. No sabes la cantidad de perros que hay con problemas terribles de salud causados por los fabricantes de comida BARF caseros, clandestinos; en Mérida ya va de bajada, por todos los problemas que ha habido”.
Acerca de la preservación de sus productos, Kaiser explica que estos tienen una fecha de caducidad de seis meses, una vez que se liberan por parte del departamento de calidad y de una semana, una vez que se descongele.
“El producto es congelado, se transporta siempre congelado en cadena de frío y llegando a la casa del cliente final, lo que hace es pasarlo del congelador al refrigerador y de ahí porcionárselo a su mascota y, una vez que esté en el refri, dura siete días. Ahorita los permisos que tenemos por parte de SENASICA son para una vida útil de seis meses congelados, pero los estamos extendiendo y acabaremos el año con el permiso para que el producto tenga ya 12 meses de vida útil congelado”, presagia.
TRUF está pensado para que los cachorros inicien su vida con comida saludable o bien, para que los perros y gatos mayores puedan transitar gradualmente de los alimentos ultraprocesados a los naturales e, idealmente, llegar a sustituirlos por completo.
“No es una dieta de prescripción; puede ser una dieta completa, o mezclarse con croquetas; aquí la referencia que yo hago es que es como si vas al gimnasio y saliendo te comes unos chicharrones o unas papitas y te tomas cinco cervezas, sí fuiste al gimnasio, pero lo vas a echar abajo con lo que comiste. Entonces, la idea sí es que perros y gatos tengan una dieta únicamente con TRUF, pero en el caso de que la economía no lo permita o el veterinario lo quiera administrar junto con croquetas, no hay ningún problema, se puede hacer”, refiere.

Tras ocho años de haber concebido la idea de TRUF, tres años de empezar a construir su planta en Querétaro y poco más de un año de comercializar sus productos, Julio Kaiser tiene claro el principal propósito de su negocio.
“El beneficio más importante para nosotros es brindarles salud y bienestar a las mascotas. Evidentemente, hay un tema como empresa de generar utilidades, pero nuestra misión siempre ha estado y va a estar enfocada en generarle a los perros, a los gatos y a sus dueños, salud y bienestar; ver esa conexión padrísima al darles algo realmente natural a nuestras mascotas, que tengan que ir menos al veterinario, que vivan más años, que coman a gusto y diferente todos los días, esa parte filantrópica, se puede decir, existe y es nuestro trabajo diario”, finalizó.
Si quieres conocer más sobre esta opción de comida sin conservadores, puedes consultar su página oficial o sus redes sociales: Instagram, TikTok o Facebook.
Recuerda que siempre es importante consultar con el veterinario antes de cambiar la dieta de tu mascota.
También puedes encontrar estos productos en Paws on the Beach (9992312031) o Mundo Canino (9991349999)

Edith Montserrat De la Barrera Balbuena, comunicóloga, periodista, correctora de estilo y aprendiz de lengua de señas. Una zurda apasionada del cine, fan de la Navidad y amante de las galletas. Osa de corazón, pero con un hijo pingüino. «Don Quijote decía que ‘la pluma es la lengua del alma’ y yo dejo un tanto de la mía en cada nota que escribo para VIVE MÉRIDA»
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