- 28 de septiembre. Día de Acción Global por un Aborto Legal, Seguro y Accesible.
Las calles del centro de nuestra ciudad albergaron cientos de voces femeninas que a coro expusieron de manera fuerte y clara la necesidad de despenalizar el aborto y de permitirles ser a ellas, a las mujeres, quienes tuvieran la total y plena facultad de decidir si llevar a cabo, o no, la suspensión de su embarazo.
Alrededor del mundo, muchas mujeres se ven en la necesidad de no continuar con un embarazo; las razones son diversas, algunas incluso, ni siquiera tan difundidas, lo que es una realidad es que las condiciones en las que se puede llevar a cabo un aborto puede ser la diferencia entre la vida y la muerte de quien recurre a ello.
Solicitar la despenalización y legalización del aborto más allá de «promover el aborto per se «, como puede llegar a desvirtuarse, es garantizar que aquellas personas que opten por esta decisión no serán criminalizadas por la ley. El tremendo estigma que puede atraerle a una mujer el realizarse un aborto, la imposibilidad de acceder a un servicio de salud de calidad y la carencia de servicios de continuidad una vez realizado el procedimiento, orillan a miles de mujeres a realizarse abortos clandestinos o en condiciones riesgosas, negándoles el poder ejercer uno de sus derechos reproductivos y a decidir sobre su planeación familiar.
La autodeterminación permite a las personas ejercer con libertad y con un mayor rango de responsabilidad el curso de su vida. Las acciones que fomenten toda ejecución de autonomía nos permitirán tener una sociedad con mujeres capaces de decidir y planificar su maternidad y por ende infancias deseadas y cuidadas.
Las voces que escuchamos este miércoles 28 de septiembre nos piden a la sociedad en general, a los gobernantes y los líderes de fe, que sean las mujeres, quienes puedan tener el legítimo derecho a decidir la maternidad.
Una maternidad que no debe ser obligada y mucho menos por medio de la persecución penal. Nos piden a gritos que extendamos las garantías del estado a su libertad de decidir, a ofrecerles el acceso a un aborto legal y seguro como un derecho fundamental de salud, a no negarles el derecho a decidir.
Si, plena libertad para decidir.