Hace poco, en una asesoría, me hicieron la siguiente pregunta ¿Qué sucede cuando necesito el 100% de mi ingreso para enfrentar mis gastos y no puedo ahorrar? Cuestión que inevitablemente causa preocupación y ansiedad en la gran mayoría de mexicanos que no saben administrar sus finanzas personales.
Toda la vida crecemos pensando que el ahorro es algo que debemos hacer cuando nos sobra, cuando nos va bien en una etapa, o peor aún, que no es importante porque en 20, 30 años habremos podido forjar el negocio de nuestros sueños; ese que nos va a alimentar y dar lujos toda nuestra vejez sin que debamos de mover ni un sólo dedo mientras nos bronceamos en las costas de Creta.
Conceptos e ideas totalmente erróneos, que nos llevarán a un gran sentimiento de culpa cuando veamos el pasar de los años y una cuenta en ceros. Damos más importancia a vivir entre lujos y apariencias, damos más valor a presumir una vida «instagrameable», que construir nuestro patrimonio con sólidas raíces.
En este espacio, mi querido lector, pretendo que te tomes unos minutos de calidad para que empieces a hacer consciencia de todo aquello que compras y has tirado a la basura. Todas aquellas cosas que no te han aportado nada en tu nivel de riqueza y han quedado empolvadas en algún cajón, closet o alacena.
Todos aquellos momentos que pasaste con personas divertidas que ya no responden a tus mensajes, todas aquellas veces que derrochaste por simple emoción pasajera en la mejor etapa de tu vida financiera. Con tristeza y seguridad puedo decirte que es una realidad que todo ese dinero pudo haber estado hoy en una cuenta de inversión rindiendo frutos para un negocio, la escuela de tus hijos/as, para comprarte una casa o darte un divertido viaje en compañía de los tuyos.
Vivimos en la época de la inmediatez: lo quiero y compro ahora, deslizo la tarjeta y «Dios proveerá»; el famoso «para eso trabajo» y doy clic sintiendo el gozo y poder de mi supuesta «libertad financiera» ¿Te suena esto? Lo sé, chiste viejo, pero no aprendemos y seguimos en el estrés constante cuando llega el estado de cuenta de la tarjeta de crédito, abrimos el correo con dedos nerviosos y temblorosos para confirmar que esos inocentes trescientos pesitos, quinientos pesitos, y así la lista interminable de cifras de tres números, para los que trabajamos arduamente, hicieron un cuentón de cinco cifras al corte. Es preferible el estrés que causa la bolsa de valores, al menos ahí hay buenas oportunidades de replicar lo que tanto trabajo ha costado ganar y construir.
Si hasta aquí has reído, llorado y te has mordido una que otra uña, te informo que estas cometiendo los errores básicos que nos llevan a la autodestrucción financiera. Ahora rompe tu burbuja, porque estoy segura que si sigues los pasos correctos podrás ser el autor de un boyante patrimonio.
Para empezar, es necesario que tengas en mente que los cuatro conceptos que necesitas identificar para construir tu patrimonio son: ingresos, gastos, ahorro e inversión. Sin alguno de estos cuatro elementos es imposible empezar a formarlo. Siempre les digo a mis clientes y a las personas que buscan mi asesoría que el patrimonio es una mesa de cuatro patas, sin alguna de ellas, la mesa no podría sostenerse.
No hay forma de que podamos construir un patrimonio si gastamos todos nuestros ingresos, es necesario aprender a ahorrar y conocer los instrumentos de inversión que nos llevarán a crecer nuestros ahorros. Es aquí donde respondo la famosa pregunta con la que iniciamos esta clásica historia: tienes que poder ahorrar y solo existen dos maneras: con ingresos mayores o gastando menos ¿y qué crees? Deberías poder hacer las dos formas. Para ello es necesario aprender a hacer un presupuesto.
De la única forma que podemos saber que tanto gastamos es apuntando día a día lo que vamos consumiendo, eso nos llevará a reconocer los posibles focos rojos o gasto hormiga que no nos permiten crecer financieramente, una vez identificados nuestros gastos podemos hacer un presupuesto más cercano a la realidad y destinar porcentajes de nuestro ingreso a cada concepto. Es todo un arte esto de las finanzas personales. Me gusta mucho transmitir la idea como si fuera un músculo más que debe ser ejercitado. ¿Cuesta trabajo? Sí, muchísimo. ¿Vale la pena? Totalmente.
Es importante recalcar que vamos a tener recaídas como cuando cambiamos nuestro régimen alimenticio o empezamos alguna nueva actividad como ir al gimnasio, y queramos tirar la toalla en el camino, pero es importante siempre tener el objetivo en la mira y así como te caíste, levántate, sacúdete y sigue. Otra cosa que me gusta recomendarles a mis clientes es que escriban sus metas y cuánto necesitan para realizarlas, cuando tenemos un número y un plazo establecidos, es mucho más fácil hacer un plan de acción para llegar a donde queremos.
Lo mismo sucede con nuestras finanzas, si conocemos y reconocemos nuestros ingresos y gastos, entonces podremos llegar a los otros dos elementos que nos harán realidad nuestros sueños: ahorro e inversión. Ahora sí: que levante la mano el que dijo que no puede ahorrar…
No es sorpresa que en nuestro país carescamos enormemente de educación financiera. Generación tras generación hemos transmitido conceptos e ideas erróneas. Pensamos que las finanzas son únicamente para el esposo o para la cabeza del hogar.
Creemos que la inversión es únicamente para los millonarios y ricos. Todos en este mundo manejamos dinero y es por eso por lo que las finanzas deben ser para todos. El ahorro debe formar parte de nuestros hábitos ya que no tenemos ni la salud ni la vida comprados, y la inversión ni hablar, desde que tienes cien pesos asentados en tu tarjeta de débito o bajo el colchón debe ser tu responsabilidad ganarle a la inflación o por lo menos conservar tu poder adquisitivo.
Espero haber podido tocar alguna fibra financiera con estas líneas, si te hizo ruido y quieres aprender más no dudes en contactarme. Yo me pongo a tus órdenes para empezar a sanar esas finanzas y cambiar el rumbo para hacer historia.
Soy Cynthia Vivas. Licenciada en derecho por la Universidad Anáhuac Mayab y asesora financiera. Apasionada por el mundo de las finanzas, en especial el ramo asegurador. Me encanta conocer nuevas personas y dar asesoría sobre cómo pueden crecer su patrimonio y protegerlo. Como agente profesional de seguros, he vivido increíbles experiencias con mis clientes los cuales se han convertido en amigos y familia. Mi más grande sueño es asesorar financieramente a la mayor cantidad de personas, ser una gran empresaria y contagiar a mis hijas a seguir con este ejemplo. Pero sobre todo, que sepan que nada ni nadie puede detenerlas para cumplir sus metas.