Los últimas imágenes que se han apreciado de violencia en nuestro país, no es en una novela como la que recientemente nos plantea Neflix del caso Florence Cassez, la cual según el documental expuesto la mente maestra de todo ese caso fue Genaro García Luna, que como se sabe está en manos de la justicia estadounidense al igual que el Chapo y otras distinguidas personalidades.
Por cierto, qué oportuna la aparición del documental junto con la salida de Rosario Robles y la detención de Jesús Murillo Karam, ante un país que arde en llamas porque se dio privilegio al abrazo sobre el balazo, si creó una Guardia Nacional, que al igual que la Policía Federal y la Agencia Federal de Investigación (AFI), no han servido de mucho o a la mejor es que se anda abrazando a la delincuencia equivocada.
Lo cierto es que aunque Zacatecas, Jalisco, Michoacán y Guanajuato están lejos de la Península de Yucatán, se trata del mismo país, que está cada vez más lacerado por la violencia que genera el crimen organizado, mientras nuestros actuales gobernantes andan en una precampaña para ser candidatos a un partido que nos tiene moreatados a todos y en todo: salud, economía, seguridad, etcétera, etcétera.
Las prioridades de nuestros gobernantes son otras: las suyas, las cuales se reducen a seguir en el poder, pero no para coadyuvar con el proyecto nación signado en la constitución, sino para enriquecerse, para decir desde un púlpito mañanero «aquí mando yo, y es lo que diga mi dedito:» Hasta ahí nos alcanza el presidente, el que seguramente lo recordaremos como dicharachero y eterno candidato, pero no jefe de estado, para eso se necesita construir en el presente, para avizorar el futuro, y no vivir pensando y culpando el pasado irreversible por la falta de capacidad de gobernabilidad.
Alerta Yucatán
En días pasado un grupo de ciudadanos de varias colonias y organizaciones civiles se manifestaron pacíficamente en el Monumento a la Patria con el clamor de una cultura de paz, que desde su percepción y de la. mayoría, hace falta en el estado y el país entero, lo cual es un reclamo justo y necesario, que nos lleva al siguiente la pregunta ¿Qué estamos haciendo por una Cultura de Paz de Yucatán? ¿Tenemos realmente una ruta en el mapa marcada?
Vivir en uno de los estados más seguros del país, no nos libra del crimen organizado, y del que no está organizado también, si no somos, Colima, Guadalajara, Guanajuato Zacatecas, pero ahí está: en un niño con 7 años que trae droga en el Puerto de Progreso, en un funcionario de Kanasín que está vinculado con el narco, donde cotidianamente se reportan en los medios detenciones de narcomenudistas, que no veamos colgados en los puentes del Periférico, no quiere decir que el crimen no está aquí, o se eximan los constantes feminicidios, donde al parecer la justicia está en contubernio con los victimarios, porque en muchos de los casos, la justicia no llega.
Los gobernantes nos regalan discursos, shows mediáticos, fachadas de inversiones, empleos, educación, pero el tema es que la seguridad y la violencia siguen siendo materias reprobadas, no hemos sido capaces como ciudadanía de reconstruir el tejido social, hemos dejado que nos dividan como en el Sonora Grill, así se quieren reducir la cosas en este país, los blancos en las ventanas y al interior los de otros tonos de color de piel.
Cuando empecemos a cambiar este mirar hacia los demás. entonces no sólo tendremos temas de conversación, estaremos listos para la conversación, y tomaremos los ciudadanos realmente el país en las manos, semos tricolores, amoratodos, azulados, amarillos o naranjas.
Regresando a la telenovela de Netflix
LLama la atención que nuestro hoy presidente de la Poder Judicial de la Federación, el ministro Arturo Zaldívar, en su testimonio dijera que por el caso Cassez la AFI lo había amenazado y cateado de su casa, sin una orden judicial de por medio. Ese es nuestro país.