La tecnología que (des)conecta

PorCecilia Abreu

7 de octubre de 2024

La tecnología actual nos permite comunicarnos con personas que se encuentran a kilómetros de distancia, no solamente escucharles, sino también verles. ¿Pero qué pasa con la gente que tenemos cerca?

Hay algo paradójico en lo que ocurre con la tecnología actualmente, pues mientras logra conectarnos con personas que no tenemos presentes, nos desconecta de las que tenemos en frente.

Tengo una amiga que vive en Italia y me parece hermoso sentirla tan cerca como si viviera a una esquina de mi casa. En contraste, encuentro ilógico e incómodo encontrarme en mesas con personas que miran sus celulares y no me miran a la cara ni interactúan conmigo a pesar de que nos separe un metro o menos.

Los celulares y aplicaciones nos dan la posibilidad de conectar con gente que perderíamos contacto en otros tiempos, pero nos ponen en riesgo de desconectarnos de las personas que serían más cercanas sin la existencia de estos.

Mientras escribo esto, pienso en mi abuelito, pienso en que parece que es él quien escribe este texto y es gracioso que en realidad sea una persona joven quien lo hace; pero pienso también en cómo él y su generación han vivido este cambio social impactado por la tecnología.

Me llama la atención que él a sus 80 y tantos años ha decidido mantenerse actualizado y utilizar la tecnología para conectar con gente, mientras que veo a otras personas de su edad e incluso menores que se niegan a las tecnologías. Mi abuelita es una de estas últimas.

Debe ser impresionante vivir esta transición, saber que él puede estar en contacto con familia que vive en otros lugares y que antes habría tenido que ir a visitar sin existir otra posibilidad de verles. Aún así, a veces incluso él se pierde en su celular y deja de mirar a las personas que tiene en frente.

¿Por qué nos hacen esto en particular los dispositivos móviles?

La interacción, la comunicación, la conexión son necesidades humanas y en el logro de llevarlas hasta la distancia nos perdemos de las más próximas. Pero no dejamos de necesitar esa presencia física. Tal vez por eso hay tanta gente que vive tan malhumorada, porque falta conexión.

¿Será solo la tecnología o será el sistema que nos quiere separados? Por ahí dice el dicho “divide y vencerás”, así que al sistema no le conviene que la gente esté unida. Los supermercados tienen un tinte mucho más distante que los mercados, por ejemplo.

Esto va más allá de la tecnología, pero sí se relaciona con la forma que tiene el sistema de hacer que todo sea de más rápido consumo. En un mercado la dinámica es distinta, hasta platicas con quien te vende y si vives en la zona incluso te conocen.

Pero también se relaciona con la tecnología cuando, por ejemplo, hablamos de que antes era mucho más común que la gente te hiciera plática en la parada del camión, mientras que ahora cada quien toma su celular e ignora al resto.

Porque sí, las conexiones de una mesa familiar son importantes, pero también las de personas desconocidas que se aparecen por un momento en nuestras vidas. Porque, lo parezca a simple vista o no, estas contribuyen con nuestra salud mental y desarrollo humano.

Cecilia Abreu es periodista desde hace 4 años, su enfoque principalmente se encuentra en la justicia social, hablando sobre diversas causas de la naturaleza, defensa del territorio y feminismo. Ha colaborado con medios nativos digitales y tradicionales, continúa aprendiendo todos los días de su profesión y pasión. También tiene una gatita negra de ojos verdes que le ha robado el corazón desde que la vio y acaba de adoptar a una pequeñita peluda atigrada que buscaba refugio de la lluvia.

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