De garrafones de agua a manipulación social con estereotipos

PorCecilia Abreu

3 de febrero de 2024

Las mujeres podemos cargar garrafones de agua, pero nos hicieron creer que no; así como nos hicieron creer que no podemos ser empresarias, científicas, astronautas y tantas cosas más.

Cargar garrafones de agua es una actividad aparentemente simple, pero puede utilizarse como ejemplo de cómo los estereotipos afectan la percepción de las mujeres sobre sus propias capacidades. Este acto simbólico se convierte en un punto de partida para reflexionar sobre las limitaciones que la sociedad impone a las mujeres, que van más allá de levantar objetos pesados.

Este estigma limita su confianza y frena sus habilidades potenciales. La repetición constante de mensajes negativos desde la infancia contribuye a que las mujeres internalicen la idea de que ciertas tareas, consideradas «masculinas», están fuera de su alcance.

Parece una nimiedad, pero extiendo:

He visto a mujeres que, sin siquiera haber intentado cargar un garrafón de agua, están seguras de que no pueden hacerlo. Y lo entiendo, porque también a mí siempre me dijeron (y hasta la fecha) que no podía hacerlo, que no lo intentara, que me iba a lastimar.

Sucede lo que con cualquier cosa:

  1. De tanto que te dicen algo desde pequeña, te lo crees.
  2. Si no puedes hacer algo, inicia en la versión más sencilla hasta lograrlo.

El otro día, vi una publicación de una amiga en la que decía que para lo único que “necesitaba” a un hombre, era para cargar el garrafón; no pude evitarlo, le dije que no lo necesitaba para eso (si alguien quiere elegirlo, está muy bien, ese es otro tema).

Si no puedes cargar un garrafón entero el día uno, carga la mitad o un cuarto y ve incrementando el peso hasta conseguirlo… Son músculos, se desarrollan.

Pero, ¿por qué decía que esto se relaciona con cosas mucho más grandes? Si hasta aquí no lo has intuido, te platico mi visión. A las mujeres no solamente nos dicen que no podemos cargar garrafones, hay mucho más que nos dicen que no podemos.

Este acto cotidiano de cargar garrafones se convierte en una metáfora de desafiar estereotipos en otras áreas de la vida. La sociedad intenta condicionar a las mujeres a creer que no pueden ser empresarias, científicas, astronautas u ocupar roles que históricamente han sido dominados por hombres. La imposición de limitaciones basadas en el género es una realidad que persiste, y es esencial desmontar estas barreras.

Y es muy difícil ir contracorriente porque, en algún punto, te crees que es verdad; los estereotipos tienen un peso enorme (también para los hombres, de maneras distintas) que nos hacen actuar o dejar de actuar de cierta forma.

Todo lo que intento decir es que no dejemos que el peso de lo que nos señalan determine quiénes somos.

Así como puedes empezar a cargar un garrafón hasta lograr sostener todo el peso sin problemas, puedes encontrar estrategias para comenzar paso a paso hasta alcanzar los objetivos que te propongas. Al desafiar estas normas, entre mujeres podemos inpirarnos unas a otras y contribuir a la construcción de una sociedad más igualitaria.

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