Fútbol, un punto de encuentro en Los Héroes
En el fraccionamiento Los Héroes, actualmente entrenan no una, no dos… no 11 jugadoras de fútbol, sino ¡alrededor de 45!
En cada jugadora hay una historia diferente, pero en todas las jugadoras del equipo Guerreras, es evidente —desde la orilla de la cancha— que tienen disciplina, interés y entusiasmo en el encuentro que ocurre en cada entrenamiento.
Aunque los entrenamientos empiezan a las 8 de la noche, desde las 7:45 ya hay algunas que llegan al parque para su entrenamiento e incluso hay quienes, como Anneth Alejandra Cua Rafful, encuentran la forma de llegar.
Ella no vive en el fraccionamiento, pero desde hace cuatro meses que retomó a la cancha gracias a Guerreras, luego de que aproximadamente 10 años las había dejado por falta de equipo.
Para Anneth, este deporte no solamente representa un tipo de ejercicio, sino también una herramienta para su salud física y mental; pues incluso la relación que tiene con sus compañeras tiene un impacto en su día.
“Tenemos buena comunicación” y esta es una cualidad que ella considera vital para que un equipo pueda funcionar y tener un buen desempeño en la cancha, ya que incluso representa dialogar cuando alguna puede mejorar para el deporte.
Jugar futbol no es solo patear el balón, también es estar al pendiente de sus compañeras y saber comunicarse para las jugadas venideras.
Este equipo inició luego de que una vecina le expresara su interés por tener un equipo de fútbol al actual entrenador José Alberto Sacramento Martínez que este decidió escucharla e iniciar los entrenamientos desde hace 7 meses.
El deporte como vínculo madre e hija
“Aquí es una compañera más, no es mi hija […] somos amigas, mejores amigas”.
Rebeca Isabel Garcés García y Frania Zoé, no solo son jugadoras del equipo Guerreras, sino que son madre e hija que comparten este encuentro comunitario y deportivo.
Fran se encontró con la convocatoria para entrar al equipo en redes sociales y empieza a entrenar, pero de manera fortuita, acabaron entrenando juntas; pues en el equipo les faltaba una portera para la liga próxima.
“Yo les dije: ‘bueno, nunca he portereado, alguna vez jugué, pero si quieren me pongo a estorbar en la portería’ y fue así como venimos”, expresó la madre, Rebeca Isabel.
Actualmente, no siempre porterea, pues reconoce que los golpes estando ahí son bastante fuertes, por lo que elige otras posiciones; lo que sí se quedó fue compartir este espacio con su hija.
Aunque habían pasado alrededor de 20 años desde la última vez que piso una cancha hasta ahora, para ella representa un momento de entusiasmo y compartir con su hija, pero al mismo tiempo cumplir el sueño de ambas —el sueño actual de su hija y el que ella veía ya como frustrado—.
“Retomarlo junto con ella nos hace permanecer”, tener estos momentos juntas les ha creado nuevas conversaciones, rutinas compartidas y recuerdos que se quedarán con ellas por siempre.
Fran, expresa que siempre le ha gustado el fútbol y naturalmente disfruta acudir a la cancha porque se libera del estrés; pero también porque comparte el espacio con su mamá, “este deporte nos ha unido aún más”.
Además, con los entrenamientos del fraccionamiento ha sentido que mejora en el fut, a pesar de que es tímida y al principio le daba mucha pena desenvolverse, dado que hay diferencia de edades entre las jugadoras y ella es la más pequeña (con 16 años). “Ahora me llevo superbién con todas”.
La brecha de género que persiste en pleno 2023
“Que no sean mala onda y nos volteen a ver […] si nos pueden ayudar con las condiciones para que sigamos entrenando, vamos a seguir ganando”, solicita apoyo Rebeca Isabel. Específicamente requieren balones.
Además informa que el Ayuntamiento había ofrecido darles un terreno aledaño a la cancha donde entrenan, pero hasta el momento no ha ocurrido, pues aunque dicen que por el espacio no hay problema, requieren la limpieza y emparejamiento del sitio.
También Anneth hace un llamado para mejorar las condiciones en su entrenamiento: “Necesitamos el apoyo para tener una cancha de fut 7 con sintético (pasto) […] que nos apoyen con balones porque nosotras mismas las compramos porque nos piden diferentes tamaños dependiendo de la liga”.
El entrenador de las futbolistas, externó que “el equipo lo sustentamos entre todas”; sin embargo, han enfrentado la difícil realidad: no consiguen patrocinios y, cuando lo hacen, les piden ‘algo’ a cambio (a manera de acoso).
“Al ser equipo femenil, muchos patrocinadores vienen, pero con otro tipo de ideas ‘si te doy, pero tú qué me das a cambio’ […] es totalmente distinto en lo varonil, ahí son más cordiales y no hay este tipo de ‘qué me das a cambio’, tipo acoso”.
A pesar de esto, el equipo Guerreras ya no existe por sí solo, sino que también iniciaron el equipo Black Panther por la demanda de las jugadoras en la cancha del Parque Los Héroes (ubicado en la calle 105 del fraccionamiento).
Precisamente por el crecimiento que han tenido, requieren una cancha que cumpla con las necesidades de su deporte, pues en donde entrenan en realidad es para básquetbol y no tiene ni siquiera pintadas las líneas para fut rápido que requieren para identificar fuera de lugar, tiro de esquina.
Además, en cada entrenamiento pierden al menos un balón porque las rejas están muy bajas y tienen alambres saltados que se los ponchan cuando se les va la pelota.
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Es claro que la demanda de futbolistas dispuestas a entrenar y cumplir con constancia y disciplina está presente; sin embargo, es necesario que las jugadoras sean tomadas en serio y no se minimice su esfuerzo, ni su desempeño, de manera que reciban apoyo para tener las condiciones necesarias en el deporte.
Si tú también vives en la zona y quieres unirte a los entrenamientos, puedes hacer click aquí.
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