«Una reflexión escénica» así la llama Daniela Esquivel dramaturga y directora de escena de la pieza La Noche de mi día, y vaya que lo fue, pues bastaron 20 minutos para despertar profundas emociones en los asistentes a la obra, a quienes Esquivel convirtió también en protagonistas de la historia contada.

La enorme Silvia Káter, acompañada de la novel actriz Itzel Chan nos mostraron desde el escenario las emociones a flor de piel, de lo que puede suponer la espera del resultado positivo o negativo de padecer cáncer de mama, y con ello conectar con la audiencia,sobre la travesía que cursa la noticia: «tiene usted una bolita en el seno, tenemos que hacer una biopsia.»

El cáncer de mama cada vez más deja de tener una edad de mayor probabilidad, se dice que el riesgo empieza a los 40 años, pero si se tienen antecedentes familiares, los chequeos deben comenzar desde los 35 años. Sin embargo, hoy día los casos se pueden presentar al cruzar la década de los 20. Por ello esta reflexión escénica, tiene una gran valía al poner de frente a dos mujeres de generaciones distintas una adulta joven y la otra una mujer madura.

Una vez terminada la reflexión escénica, entró el tercer intérprete: el público.

Cuando la entrada es gratuita, se invita sin reserva al teatro: «que vas hacer hoy en la noche, ven acompáñame vamos al teatro.» Y entonces se logra la atención del espectador inesperado, que levanta la mano para contar la experiencia propia o cercana de padecer la enfermedad.

  • Una sobreviviente compartió: «Yo cuando me enteré que lo tenía, le andaba buscando pareja a mi esposo, alguien que lo cuidara a él y a mis hijos, tenía 47 años, pero vencí al cáncer.»
  • El relato de quien perdió una madre: «Fuimos 11 hijos, mi madre no paraba, un día mi hermana la llevó a comprar brassieres, y se da cuenta que tenía un trapito con sangre en su seno, se lo descubre y ya era un hoyo. Lo descubrimos demasiado tarde, y mi madre se fue al poco tiempo. Estaba tan atareada con nosotros que no tenía tiempo para ella.»

Y así varios testimonios emergieron de las butacas convirtiéndose también en escenario, para dar voz al público, y que no se llevará el sentimiento que afloro en la garganta cuando se ha pasado en propio cuerpo la enfermedad o se ha estado cerca de ella.

Hay un oportunidad más para ver La Noche de mi día: el próximo 24 de noviembre en la cineteca Manuel Barbachano Ponce, del Teatro Armando Manzanero a las 20:00 hrs. La entrada es libre.

La invitación al teatro es para curar el alma ante las adversidades que la vida nos presenta, como es la presencia de una enfermedad inesperada.

Una de las apuestas de la compañía teatral Luna y Señas, quien por cierto cumple 19 años este noviembre, es hacer inesperadamente al público que desde la honestidad de sus emociones partícipe de sus producciones, las cuales son motivadas al percibir las puestas escénicas que propone. Es un teatro inteligente, íntimo, para hacer una pausa en la vida y reflexionar sobre los momentos que pasamos o podríamos pisar en nuestro mundo.

Finalmente, cabe destacar que la producción ejecutiva está a cargo de Leslie Castellanos y la producción es de Lunas y Señas Artes Escénicas.

Foto de Portada: Yoli Velázquez

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