Cada año, en el marco del Día Internacional de la Mujer, actualmente nombrado como 8M, las redes sociales se llenan de comentarios que buscan desacreditar la lucha feminista. Términos como «vándalas», «delincuentes», «dolidas» o «sin papá» se repiten en publicaciones que critican las manifestaciones, pero ¿de dónde vienen realmente estos mensajes? ¿Son opiniones genuinas o forman parte de una estrategia de desinformación coordinada?
¿Serán bots o personas reales desacreditando la lucha de las mujeres?
En la actualidad las violencias no solamente ocurren en un entorno físico, sino que también se han apropiado del mundo digital
En un contexto digital donde los bots se han convertido en una herramienta para manipular la opinión pública, es clave aprender a identificarlos. Según el medio español The Conversation, hay varias formas de reconocer si estamos ante un usuario real o una cuenta automatizada:
- Frecuencia y volumen de publicaciones: Si una cuenta publica con demasiada frecuencia, especialmente con mensajes repetitivos y en intervalos cortos, es probable que sea un bot. Las personas reales tienen pausas naturales en su actividad.
- Contenido genérico o copiado: Muchos bots utilizan frases predefinidas o replican el mismo mensaje en distintas publicaciones. Si ves un comentario exacto en varias publicaciones diferentes, podría tratarse de un bot.
- Fecha de creación de la cuenta: Un gran número de bots se crean poco antes de eventos importantes para amplificar ciertos mensajes. Si la cuenta es reciente y tiene pocas interacciones previas, es sospechosa.
- Falta de interacción humana: Un perfil con pocos seguidores, sin interacciones reales o sin publicaciones personales suele indicar que no pertenece a una persona real.
- Nombre de usuario y foto de perfil: Muchas cuentas falsas tienen nombres con combinaciones extrañas de números y letras, o utilizan imágenes de perfil genéricas o robadas de internet.
Si bien algunos comentarios pueden provenir de personas con ideas conservadoras, también es cierto que los bots y cuentas falsas se utilizan para amplificar discursos de odio y desinformación. Antes de interactuar o compartir contenido, es recomendable verificar la fuente y, si es necesario, reportar las cuentas sospechosas.
Las mujeres que salen a marchar cada 8M lo hacen con una causa clara: exigir justicia, derechos y seguridad.
Frente a la desinformación y los intentos de desacreditar el movimiento, la mejor herramienta es el pensamiento crítico.
¿De dónde vienen los bots? El problema continúa…
Es crucial reconocer que detrás de estos sistemas automatizados existen individuos o grupos que diseñan estrategias para desacreditar la lucha feminista. Estos actores utilizan tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial, para amplificar mensajes misóginos y perpetuar estereotipos de género.
La creación y difusión de contenido falso o manipulado, como los deepfakes, se ha convertido en una herramienta para atacar a mujeres políticas, activistas y periodistas, buscando humillarlas y silenciarlas en el ámbito público. Este fenómeno no solo afecta a las víctimas directas, sino que también envía un mensaje a otras mujeres sobre los riesgos de participar activamente en la sociedad.
Además, estudios recientes han evidenciado que los mensajes de odio en redes sociales no son siempre espontáneos, sino que, en muchos casos, son producto de acciones coordinadas por grupos con intereses políticos e ideológicos específicos. Estas campañas buscan erosionar la confianza en movimientos sociales legítimos, como el feminismo, utilizando granjas de troles y bots para amplificar mensajes negativos y desinformación.
Por lo tanto, aunque los bots son herramientas tecnológicas, reflejan y amplifican problemáticas sociales profundas, como la misoginia. Detrás de su uso existen agendas que buscan perpetuar desigualdades y silenciar voces que luchan por la equidad de género.
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