Desde 1979 la ONU junto con la FAO celebran cada 16 de octubre el Día Mundial de la Alimentación, con el objetivo de visibilizar los problemas alimentarios que padecen diversas poblaciones vulnerables alrededor del planeta y la calidad alimentaria en las dietas de los ciudadanos que pertenecen a los países desarrollados. En suma se trata de hacer conciencia sobre la producción, distribución y dietas de la población mundial, en función del lugar que ocupa en el orbe.
En México, desafortunadamente tenemos muchos pendientes con este tema pues oscilamos sin escala entre la obesidad y la desnutrición, producto de las desigualdades, pero también de la falta de una educación alimentaria eficaz que nos permita, no sólo tener una ingesta de las calorías que necesitamos, sino de un balance alimenticio a partir del consumo de la producción de productos locales.
Los Yucatecos comemos con mucha manteca, tomamos mucho refresco y la comida rápida para muchos es la única opción. De acuerdo con la última edición del Boletín Epidemiológico Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (10.10.22) Hasta el momento en la entidad se registran 12,967 casos de obesidad, de los cuales el 66% son mujeres, en contra parte se tienes 1,175 casos de desnutrición de los cuales el 70% son mujeres.
La pandemia contribuyó de manera significativa estas cifras, pues el aislamiento social y la falta de actividad física, aunado a la ansiedad, en muchos provocada por el encierro, no favoreció las condiciones nutrimentales de la población, acrecentando aún más este problema de salud pública.
La dieta del Oxxo
Alejandro Calvillo, sociólogo e investigador del Colegio de México, hizo referencia a este término como una la causante de Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT) como es la diabetes, la hipertensión, la obesidad consecuencia de la comida chatarra que se venden en estos establecimientos, pero que a la vez se ajustan a los presupuestos de muchos mexicanos, para llevarse un bocado diario a la boca, particularmente de aquellos que viven lejos de su centro de trabajo.
Aún siguiendo las recomendaciones del plato del buen comer, la realidad es que lograr esa dieta resulta más caro que la del Oxxo cuando se vive con una economía al día, y una influencia publicitaria sobre productos «chatarra» que embonan perfecto para las prisas cotidianas y las economías de padres de familia, pues con una pizza de Little Caesars de menos de 100 pesos comen 4, cuando el kilo de pollo anda entre los 120 y 150 pesos.
Impuestos y legislaciones
Desde la Secretaría de Hacienda y los poderes legislativos han cobrado impuestos sobre alimentos chatarra o legislado sobre su venta en escuelas, pero dichas acciones han impactado poco, porque los consumos no han disminuido, incluso en el caso de los refrescos embotellados han aumentado, sin embargo ha servido para que el gobierno llene las arcas, y es poco claro si el dinero que llega por ese concepto se destina a acciones que favorezcan a la nutrición de los mexicanos.
La Milpa Maya, una ventana de oportunidad
En Yucatán a pesar la herencia agrícola como es la Milpa Maya, cuya producción podría asegurar la seguridad alimentaria y nutritiva de un porcentaje significativo de la población de la entidad, no tiene el apoyo necesario para lograr la producción y abastecimiento necesario, lo cual es lamentable porque además de los beneficios nutrimentales que aporta sus cosechas ayuda a preservar la calidad de los suelos y una producción agrícola sustentable.
Sin embargo, aún con los esfuerzos que ha hecho la comunidad científica de la entidad por preservar y promover este tipo de producción agrícola falta apoyo gubernamental para extender este tipo de cultivos y procurar su consumo en la entidad con la difusión de dietas y platillos que incluyan estos alimentos.
La educación alimentaria
Tenemos que reaprender a comer todos, buscar la otras formas de diseñar y proveer nuestra alimentación, no sólo para que no nos falte el alimento, sino por salud, que sin ella no tenemos nada. La buena nutrición empieza en casa con las posibilidades de la economía doméstica, pero sobre todo con el conocimiento de la consecuencia de lo que se come, no sólo es nuestra genética es también como la favorecemos, si la tendencia va en sentido contrario a lo que nos asegura la salud.
El Día Mundial de la Alimentación, no sólo es para recordarnos cómo y en qué condiciones se come en el mundo, sino para voltearnos a ver cómo comemos y producimos y distribuimos alimentos, y qué deberíamos cambiar para hacerlo mejor,y que todos, sin excepción, tengamos la oportunidad de comer bien, sano y rico.