Viajar con mascotas a bordo de un vehículo requiere de ciertas precauciones.
En todo México, es muy común toparse en las calles con automovilistas que circulan con sus peluditos moviéndose libremente por todo el coche, quizás asomando la cabeza por una ventana y por la otra… y su tamaño o raza no parece ser un impedimento.
Sin embargo, en los últimos años, ha crecido la conversación sobre el uso de cinturones de seguridad para las mascotas, como una práctica necesaria para la seguridad de todos los pasajeros, sobre todo porque en algunos países se han realizado estudios y existe ya legislación al respecto.
En el año 2011, una investigación liderada por la Asociación Americana de Automóviles (American Automobile Association), conocida con las siglas AAA, en colaboración con la empresa Kurgo, fabricante de accesorios para el transporte seguro de mascotas, arrojó que el 30% de los conductores en Estados Unidos habían sufrido alguna distracción ocasionada por sus mascotas cuando estaban al volante, ya sea porque los animalitos saltaban al asiento delantero o trataban de interactuar con ellos, tapándoles la visibilidad. Además, 56% de los pilotos indicaron que nunca aseguraban a sus mascotas al llevarlas en el auto.
Ese mismo año, un estudio de la Universidad de Alabama determinó que una mascota que no va sujeta dentro de un vehículo, puede convertirse en un proyectil durante un accidente. De acuerdo con sus cálculos, un perro mediano, como un labrador, con un peso aproximado de 25 kilogramos, generaría una fuerza de impacto de 1.100 kilos (más de una tonelada) en una colisión a 50 kilómetros por hora, lo que significa que incluso si el percance no es tan severo, el can podría causar un daño grave a alguno de los ocupantes del carro.
La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carretera (NHTSA, por sus siglas en inglés), ha señalado que, en términos de comportamiento durante un choque, las mascotas se equiparan a otros objetos sueltos en el vehículo que pueden ser proyectados con gran fuerza, lo que aumenta el riesgo de lesiones serias, incluso para los mismos peluditos.
Pero Estados Unidos no es el único lugar en el que se tiene esta preocupación; la organización Pets in Cars del Reino Unido, lleva a cabo continuamente campañas de concientización sobre la importancia de la seguridad al transportar a los animalitos en un automóvil, mientras que en Alemania, la ley de tráfico establece que los conductores deben garantizar que ningún pasajero interfiera con su conducción, lo que incluye a las mascotas, quienes deben estar detenidas con un cinturón de seguridad o viajar dentro de un contenedor, conocido como «transportín».
Las autoridades de Australia también contemplan multas para los automovilistas que sean captados en alguna distracción provocada por sus mascotas y en España, el Artículo 18.1 del Reglamento General de Circulación señala que «el conductor no podrá llevar a su cargo elementos que puedan obstaculizar la conducción del vehículo ni que puedan producir distracciones», lo que contempla a las mascotas y agrega que si el automovilista podría ser sancionado hasta con 200 euros y tres puntos menos en su carné de conducir, bajo los conceptos de «falta de control sobre el vehículo» o «conducción temeraria».
Aunque en México la legislación sobre seguridad vial no contempla a las mascotas, no está de más considerar que su adecuada transportación minimiza los riesgos, no solo para ellos, sino para todos los involucrados en un accidente.
Actualmente, existen en el mercado algunas opciones de cinturón que se enganchan cómodamente al arnés del perro y oscilan entre los 150 y los 400 pesos, dependiendo del modelo, así como los clásicos transportines, que pueden ser útiles para perritos pequeños.
Sea cual sea la opción elegida, lo más importante es manejar con prudencia; evita llevar a tu mascota en los asientos delanteros, no permitas que viaje en tu regazo —sin importar su tamaño— ni en el asiento de copiloto.
Recuerda que una mínima decisión al volante puede poner en juego la integridad y la vida de quienes más amas… ya sea que hablen, ladren o maúllen; la seguridad vial es responsabilidad de todos.
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