Dom. Jun 1st, 2025
Jaime Roldán tomó su bicicleta en Medellín con más de 50 kilogramos –que ha logrado disminuir hasta 40–, por los libros que necesitaría durante su trayecto y emprendió rumbo con un objetivo muy claro: promover la lectura desde su punto de partida hasta llegar a Alaska.

Y así lo ha hecho hasta ahora, pasando por Panamá, Costa Rica, Honduras, El Salvador, Guatemala, Belice y, ahora, se encuentra en México… Ingresó por la Riviera Maya, pasando por Tulum y Playa del Carmen, hasta llegar a Mérida. Pero, ¿de qué se trata su viaje? A través de su proyecto Rueda Libre piensa despertar el interés por la lectua y escritura a infancias, juventudes y adulteces.

Al llegar a México precisamente por la Riviera Maya, creyó que allí estaría únicamente de paso y que no habría interés en su proyecto; sin embargo, se sorprendió dándose cuenta de que ocurrió todo lo contrario.

El amor por la bici, pero también por los libros y por enseñar fueron su impulso para crear este proyecto. Con sus bases profesionales como licenciado en filosofía y letras, así como gestor cultural, emprendió su viaje hace 10 meses, cargando nada más que pertenencias personales, libros y, por supuesto, su compañera de camino: la bicicleta.


Talleres de escritura y creatividad literaria forman parte de Rueda Libre, proyecto que fusiona la pasión de Jaime por el viaje, por el conocer y el andar con la docencia.


Cada día recorre entre 60 y 80 kilómetros, que le permiten finalizar el andar alrededor de las 2:00 de la tarde, para visitar el lugar con el que se encuentre, así como gestionar los espacios, no solamente para realizar los talleres que impartirá, sino incluso para quedarse a dormir.

A sus 45 años, realiza este viaje que, a diferencia de otros ciclistas, no tiene como fin primero y último la bicicleta, sino que a esta la mira como un medio que le permite promover la lectura por Latinoamérica actualmente.

«Lo más difícil de un viaje es empezar, una vez que usted empieza, ya se hace más cordial», expresa

Aunque para él dar el primer paso es lo más difícil, ha enfrentado muchos retos y obstáculos en el camino, por ejemplo, le robaron una bicicleta en Buenos Aires; además, para entrar a Panamá y otros lugares, pues el ingreso es complejo y en muchas ocasiones le revisan todas sus pertenencias, le hacen esperar largas horas para permitirle pasar e, incluso, tiene que avalar el motivo de su llegada, para lo cual les enseña las redes sociales de su proyecto.

Foto: Rueda Libre. Valladolid, Yucatán

La incertidumbre, como su bicicleta, es su compañera en cada trayecto; pues cuenta que cuando inicia no sabe con claridad a dónde llegará, a pesar de que en la actualidad existen herramientas como Google Maps que le permiten vislumbrar hacia dónde se dirige, al llegar a cada lugar comienza la aventura para conseguir hospedaje y centros culturales, bibliotecas, cafeterías o espacios interesados en la promoción de la lectura que realiza.

Con el recorrido que inició en el 2024, tiene la meta de llegar hasta Alaska porque se ve como un lugar muy poderoso y, a pesar de que ahora aún se encuentra en México, narra que también era uno de los lugares que más esperaba por la calidez de la gente. Aunque reconoce que en su camino hay puntos clave, enfatiza que lo más importante es lo que va sucediendo y descubriendo en el camino

«Ustedes son un pueblo inquieto que reconoce su cultura que está armando centro culturales, están pendientes de lo que son y eso en mi camino es muy importante».

El tiempo que pasa en cada lugar cambia dependiendo del interés que haya en su proyecto, los espacios que logre gestionar, entre otras variables; particularmente en Yucatán, estará varias semanas y ofrecerá actividades diversas, puedes conocerlas a través de su página de Facebook o Instagram.

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