Desde la oscuridad del dolor, hasta la luminosidad de la esperanza, esta breve puesta en escena busca ser un acompañamiento para concientizar al público asistente de la importancia de un diagnóstico oportuno.
A partir de los 20 años las mujeres en México empiezan a ser número para el contador del INEGI por defunciones de cáncer de mama donde ocupan el tercer sitio en la tipología de la enfermedad, pero a partir de los treinta años, tener cáncer de mama y morir por ello se vuelve la primera causa por el padecimiento de cáncer de este tipo.
El cáncer de mama no sólo da en octubre, mes en el que se visibiliza, se presenta en un segundo de cualquier día, mes o año del calendario y sorprende y angustia a mujeres y hombres, cuando se hacen una mastografía porque sienten una bolita en el seno o por simple chequeo de rutina esta aparece, sin previo aviso, como un molesto inquilino que invadió la propiedad del seno sin importar si es femenino o masculino, y en muchas ocasiones la medida de desalojo de nada sirve, pues ha tocado a la puerta el desahucio.
La Noche de mi Día son en escena una joven y una mujer madura que se enfrentan a la noticia de que hay un molesto inquilino, pero es necesario esperar para saber si dejó de pagar la renta para el hacer el desalojo o mudarse con él hasta la muerte, y en ese mientras, en esa espera donde las manecillas del reloj parece que avanzan más lento es la historia que nos cuenta La Noche de mi Día, la cual es necesaria conocer, no sólo para quienes padecen la enfermedad, sino para quienes son acompañantes de los diagnosticados.
La Noche de mi Día se estrenó en noviembre pasado en la Cineteca del Teatro Armando Manzanero,
La obra me despertó la conciencia para llevarla a todas las mujeres de mi vida.
Jimena Vázquez
Esa lámpara y la intensidad de las luces.
Kelly Ramírez
No hay suficiente conciencia de ello en las mujeres
Claudia Ríos
Daniela Esquivel, dramaturga y directora escénica de la Noche de mi Día, no sólo propone la puesta en escena, también un diálogo al concluir la misma, porque ciertamente después de verla se necesita sacar a flote las emociones, y siendo un tema como este que mejor que acompañados.
La obra se remonta el 24 de febrero en el Auditorio Meridiano de Altabrisa a las 19:30, donde se tendrá la oportunidad de ver a las actrices Silvia Káter e Itzel Chan, bajo la dirección de Daniela Esquivel, al amparo de la compañía teatral Luna y Señas.