Sí existe una edad límite para la sana reproducción de los varones, pero muchos la desafían
El tictac del reloj biológico parece sonar inclemente para las mujeres; apenas cumplen los treinta años y una voz interna amenaza con iniciar la cuenta regresiva para que determinen si quieren ser madres, pues el tiempo apremia.
De acuerdo con la American Society for Reproductive Medicine (Sociedad Americana de Medicina Reproductiva), la fertilidad humana que inicia en la adolescencia, tras la pubertad, disminuye para las féminas a medida que se reduce la cantidad de óvulos que producen los ovarios, unos cinco o diez años antes de la menopausia, que suele ocurrir entre los 45 y los 55 años.
En el caso de los varones, existe el mito de que pueden ser padres durante toda su vida y aunque, efectivamente, los hombres son capaces de embarazar a una mujer a muy avanzada edad porque cuentan con un número ilimitado de espermatozoides, la calidad de estos sí aminora con el paso de los años.
De manera que la fertilidad masculina también se ve afectada por el envejecimiento fisiológico en la concentración, movilidad y morfología de los espermatozoides, así como en las vesículas seminales, generadoras del líquido que les vehiculiza para que puedan llegar al óvulo.
Los hombres que engendran un hijo después de cumplir los 40 años son considerados por los médicos como “paternidad avanzada” y tienen más posibilidades de tener un hijo con alteraciones cromosómicas, de que su pareja sufra un aborto o de que el bebé tenga un peso muy bajo al nacer.
Adicionalmente, para los hijos de padres añosos existe un riesgo mayor de padecer autismo, acondroplasia y enfermedades mentales como la esquizofrenia, incluso si no tienen antecedentes familiares de dichos trastornos.
Sin embargo, en la actualidad, hay una tendencia cada vez mayor a retrasar la paternidad; el aumento en la esperanza de vida, la crisis económica, así como la necesidad de lograr sus metas profesionales y de tener estabilidad financiera o patrimonial antes de formar una familia son algunos de los motivos por los que muchos hombres deciden esperar para convertirse en papás.
Y para muestra, bastan algunas celebridades que demoraron su ingreso al club de los papás y lo hicieron habiendo ya alcanzado el éxito en sus carreras; tal es el caso del actor George Clooney, quien vio nacer a sus mellizos, Ella y Alexander, exactamente un mes después de haber cumplido 56 años, misma edad con la que el director de cine Quentin Tarantino tuvo a Leo, su primer hijo.
Diego y Tadeo son los nombres de los gemelos que le permitieron al cantante Miguel Bosé estrenarse como papá a sus 55 años, pero los famosos que sin duda se llevan el premio a los padres debutantes más tardíos son: Jeff Goldblum, actor de Jurassic Park, a los 62 años; el cantautor Elton John, que tuvo a su hijo Zachary a los 63 y el actor Steve Martin, reconocido mundialmente por su papel como El Padre de la Novia quien, irónicamente, conoció la paternidad hasta que cumplió 67.
Entre la gente de la farándula existen muchos ejemplos más de paternidad avanzada que, aunque no son primerizos, han optado por seguir teniendo hijos sin importar su edad; recientemente, se dio a conocer que el actor Al Pacino volvería a ser padre a sus 83 años, superando al actor Anthony Quinn, mismo que en 1996, a sus 81 años, obtuvo el récord Guinness por ser “la estrella de cine más vieja en tener un hijo”.
El icono del humorismo, Charles Chaplin, le dio la bienvenida a su último hijo cuando tenía 73 años, mientras que el actor Robert De Niro acaba de tener a su séptimo hijo a la edad de 79 y su colega Richard Gere dio la bienvenida al tercero con 70 años cumplidos.
Pese a que la lista podría extenderse con George Lucas, Billy Joel, Rod Stewart, Clint Eastwood, Julio Iglesias y su padre, ya fallecido, quien tuvo a su último hijo a los 89 años, es mejor sustituirla por otra con algunos factores que deben evitar aquellos que deseen ser padres después de los 40 años:
- Disfunción eréctil.
- Problemas de próstata.
- Consumo de drogas.
- Exposición a gases o solventes.
- Sobrepeso u obesidad.
- Fumar o beber en exceso.
- No ejercitarse o mantener una vida sedentaria.
Asimismo, es importante considerar que, a mayor edad del padre, menor es su vitalidad y el tiempo que puede quedarle para criar a sus hijos; Ramjit Raghav, oriundo de la India, cuyo nombre se hizo noticia en 2009 al tener a su primer hijo a los 93 años, murió tan solo 11 años después, dejando a un segundo retoño huérfano con apenas siete años.
Del otro lado de la moneda, están aquellos a quienes la madurez parece haberles sentado de maravilla para ejercer la paternidad; así lo narró el actor Hugh Grant, quien tenía 51 años cuando nació su primera hija, al diario El País: «es completamente desgarrador tratar de ser un padre joven en el cuerpo de un anciano y he descubierto que, si tienes 60 años y hay cinco niños pequeños, en la casa tampoco puedes tener resaca. Pero vale la pena. Absolutamente».
Al fin y al cabo, tener hijos es una decisión totalmente personal; cualquier persona tiene derecho a elegir si quiere experimentar la paternidad o si no está en sus planes, si desea hacerlo de forma biológica, por adopción o mediante reproducción asistida y a qué edad se anima a dar tal zancada en la carrera de la vida… ¡ser padre, siempre es padre, mientras se haga con amor, conciencia y responsabilidad!