Más allá del Día de Muertos, la Flaca está presente a diario en el lenguaje del mexicano.

Ya sea de risa, de hambre o de amor, los mexicanos pasamos gran parte de nuestra vida «muriendo».

El lenguaje popular mexicano está repleto de expresiones que involucran a la muerte de manera figurativa o metafórica y responde a la singular —pero también compleja— relación que tiene la cultura mexicana con la huesuda.

Algunas de las frases más comunes con las que los mexicanos evocamos a la muerte son:

«Estar para morirse» (de gozo, de aburrimiento, de diversión, de apatía). Se utiliza para expresar que algo es tan intenso, para bien o para mal, que podría “matar” a la persona de emoción; una situación extremadamente divertida o sumamente aburrida.

«Morirse de hambre / de sed / de sueño». Una frase muy empleada para describir la urgencia que se tiene de cubrir una necesidad básica: alimentación, hidratación, descanso, etcétera.

«Ahora sí lo mato». Usada con frecuencia para indicar que alguien dijo o hizo algo contrario a lo que se esperaba. Probablemente, se trata de una conducta recurrente en esa persona.

«Te van a matar tus papás». A manera de advertencia, proviene de la idea de que los padres estarán muy enfadados por el comportamiento de sus hijos y eso tendrá consecuencias negativas hacia ellos.

«Morirse de risa». Para aquellos momentos que son desmesuradamente graciosos y provocan las carcajadas de los presentes.

«Estar muerto de miedo». Cuando se experimenta un estado de gran temor o ansiedad, frente a cualquier amenaza -real o no-, como una enfermedad, un accidente, hablar en público, la práctica de un deporte extremo, como el paracaidismo, e incluso una broma pesada o una película aterradora.

«Matar el tiempo». Pasar las horas sin realizar actividades productivas, ya sea por ocio o por alguna espera prolongada en un evento, en una fila de transporte, o al llegar temprano a una cita.

«Morir de vergüenza». Utilizada en situaciones en las que alguien se siente vulnerado o aturdido por alguna falta cometida o por timidez.

«Me muero por un café / un viaje / un beso». Manifiesta un fuerte anhelo por algo que se considera un placer o una necesidad.

«Morir por alguien». Para indicar que alguien estaría dispuesto a sacrificar su vida por la de otra persona y resaltar el gran amor o compromiso que se tiene hacia el otro.

A los ojos del mundo, México vive la muerte como una fiesta llena de diversión, música, comida y bebida; de hecho, el Día de Muertos es considerado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, una designación que le fue otorgada por la UNESCO en el año 2008.

Sin embargo, detrás del júbilo aparente, prevalece la esperanza de que los familiares en verdad regresen a este plano, aunque sea por unas horas, y la necesidad de aceptar la incertidumbre de lo que vendrá después.

Hablar de la muerte cotidianamente, en un contexto ligero, permite restarle algo de dramatismo a lo desconocido y reducir la ansiedad por aquello que está fuera de nuestro control. 

Es así como el uso de la muerte como recurso expresivo para enfatizar una emoción, por exagerado que resulte, es muestra del ingenio de los mexicanos, le da un toque de color al idioma, permite crear un sentido de comunidad y muestra cómo la cultura mexicana es capaz de enfrentar los temas de mayor seriedad con un humor e ingenio único en el mundo.

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