Imaginé a una madre o a un padre posados al pie de la cama de su hijo, haciendo las voces de los personajes que aparecen en alguno de Los Cuentos del Agua escritos por el biólogo Jesús Alvarado Flores, que además de ser un científico preocupado y ocupado por el estudio del agua y los seres que la habitan, vio en la literatura la vía para acercarnos a la ciencia, para suavizar lo duro que puede ser, tanto… que hasta puede dar miedo.
Divulgar la ciencia es una tarea compleja, requiere de una metodología propia para poner la información al alcance de una audiencia más allá de los científica; divulgar la ciencia es colocar sobre la mesa temas que no conocíamos o datos extras sobre un tema del que ya sabemos pero con nuevos hallazgos.
Jesús emprendió esta tarea de divulgar la ciencia con literatura mediante los cuentos, con la cual nos transporta a un mundo fantástico basado en datos reales resultado de sus investigaciones, la docencia, y las notas de sus bitácoras como líneas narrativas para la creación de sus personajes y el entramado de sus historias.
Hay un chico que se llama Ariel que anda en la selva de Calakmul recolectando muestras para llevarlas al Laboratorio de Ecotoxicología, y mientras espera a que caiga la noche toma un Café con Menta a la par que escucha las aventuras de Ely e Ícaro. Esta narración no es un cuento de los de Jesús, es producto de lo que inspira leer los títulos de la primera parte de los Cuentos del Agua., pero las historias de Jesús hay que leerlas para saber cómo fue que desaparecieron especies acuáticas en Campeche o a dónde va toda el agua sucia.
Un científico escritor
Inspirado en las historias que escucha de sus alumnos y colegas, la influencia que tuvo de las historietas de DC Comics o Marvel, y de los cuentos que le narraba su padre cuando era niño son los elementos para que Jesús le de vida a 12 Cuentos del Agua, quizás sin el rigor de los literatos experimentados, pero si con la pasión necesaria para construir en otros la curiosidad para asomarse a un microscopio y ver microorganismos que hospeda el agua.
Jesús confiesa que escribió los cuentos para motivar a los chicos de secundaria y bachillerato sobre la ciencia, y por eso sus personajes los basa en las características que poseen sus alumnos para que otros jóvenes se identifiquen con ellos, y mover su deseo por aprender sobre la ciencia y ser científicos.
La trinchera del Dr. Jesús Alvarado Flores se encuentra en el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), donde no sólo observa y experimenta con el agua, también organiza talleres, hace historietas, escribe cuentos para contribuir a la divulgación científica de su quehacer, pero sobre todo anima a otros a acercarse a la ciencia, y considerar la posibilidad de ser científicos.