Todos corremos el riesgo de caer y terminar con nuestro cuerpo en el suelo, y las consecuencias pueden ser de leves a mortales. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año 37.3 millones de estos percances requieren atención médica, convirtiéndolos en un problema importante para la salud pública global.
Anualmente, se producen unas 684 mil caídas letales, lo que las hace la segunda causa de defunción por traumatismos involuntarios en el planeta, detrás de las colisiones de tránsito. Las mayores tasas de mortalidad se dan en mayores de 60 años, explicó Diego Yepez Quiroz, responsable del área de Fisioterapia Geriátrica de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Unidad León de la UNAM.
Según la OMS, para 2030 uno de cada seis habitantes del orbe tendrá 60 años o más, dato que cobra relevancia no sólo porque las caídas son uno de los síndromes geriátricos de mayor prevalencia, sino porque en 2023 se registraron, en México, 2 mil 374 fallecimientos por tales percances y el 47.7 por ciento (mil 133) se concentró en dicho sector etario.
Ese año, el INEGI reportó que quienes tenían entre 60 y 64 años fueron el segundo grupo con más fallecimientos por caídas en nuestro país (206). La lista la encabezan quienes superan los 85, con 220 decesos.
Existen muchos factores que determinan la gravedad de los traumatismos causados por dicha razón, como el estado de salud y el sexo, pero la edad es uno de los principales. De acuerdo con Yepez Quiroz, profesor de la licenciatura en Fisioterapia de la ENES León, los adultos mayores son más propensos debido a la pérdida del equilibrio, la falta de adaptación al entorno, lesiones previas y el sedentarismo.
Algunas consecuencias de estos accidentes son pérdida de independencia o de confianza al realizar actividades habituales, miedo a retomar la actividad física e impactos económicos y sociales a nivel familiar. En ese contexto, Yepez explicó que las personas dependientes, con mermas en su funcionalidad y sedentarias, al sufrir una caída tienen peores pronósticos que quienes llevan un día a día mucho más activo.
Tomando en cuenta todo esto, informó que la rehabilitación es fundamental para que se trabajen ejercicios de equilibrio, así como el fomento de un estilo de vida activo. Destacó que lo que se busca es promover el ejercicio como clave del envejecimiento saludable, así como para evitar las caídas es primordial para el paciente: mejorar la marcha, la postura o prevenir lesiones.

En ese contexto, Yepez advierte que es crucial que los adultos mayores tengan actividad física constante. “Con cada caída aumenta en 50 por ciento la probabilidad de que, en el siguiente año, nos volvamos a caer”.
Las personas mayores pueden adoptar algunas medidas para disminuir los riesgos de caída. Diego Yepez, señala que quienes se mantienen activos pueden desenvolverse en ambientes con obstáculos.

“Incluso si se caen, reaccionan. Tal vez sufran alguna lesión leve, pero seguirán con su vida”. Por ello, recomienda dedicar 150 minutos semanales a actividad física aeróbica: dos días a fortalecer los grandes grupos musculares y tres a rutinas funcionales o que comprometan el equilibrio, como pararse en un pie durante 30 segundos y alternar, caminar en una línea y ejercitar los brazos, porque ayudan a balancearse.
“No importa la actividad realizada, todo movimiento cuenta para la salud”, aseguró el fisioterapeuta de la ENES León. Encontrar este espacio fue una segunda oportunidad para César Lince, quien recomienda seguir activo pese a la edad. “No debemos esperar a estar en una situación que amenace nuestra integridad física; hay que empezar a atenderse y a fortalecerse física, mental y emocionalmente antes de que experimentemos un problema fuerte”, finalizó.
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