México es uno de los países que más practica el sexting en Latinoamérica, según datos de un estudio reciente realizado por JAMA Pediatrics reveló que aproximadamente “el 14.8 % de las y los jóvenes menores de 18 años practican el envío de contenido sexual, mientras que el 27.4 % lo recibe” (Alas tensas, 2023).
El sexting o sextear es una práctica sexual comúnmente realizada entre personas jóvenes, debido a la cercanía que tienen con el uso de las tecnologías y plataformas que les permiten enviar mensajes de texto, ya sea por redes sociales o apps de mensajería. Esta práctica consiste en el intercambio de mensajes de índole sexual, en las cuales se incluyen videos y fotografías explícitas; éstas suelen compartirse desde la intimidad, cercanía, confianza, el descubrimiento y el goce de la sexualidad y derechos sexuales con la pareja o cualquier persona con la que se haya decidido establecer un vínculo sexoafectivo previo.
Dicha actividad erótica requiere del consentimiento mutuo en cualquier momento, es importante enfatizar que ese consentimiento también se puede retirar en el instante en el que las personas ya no se sientan cómodas o simplemente ya no quieran hacerlo, decisión que debe ser respetada sin ningún tipo de cuestionamientos.
Ixchel Aguirre, coordinadora de Mediactivismo en “Luchadoras”, explicó que llevar las prácticas sexuales más allá de una perspectiva falocéntrica, que se centra únicamente en el intercambio de fluidos, nos permite también explorar tanto nuestras fronteras como nuestras inquietudes en el ámbito sexual. Sin embargo, como toda práctica sexual, trae consigo riesgos ya que al ser un intercambio de mensajes íntimos con otra persona a distancia por medio de aplicaciones, puede resultar accesible exponer ese contenido íntimo por todo el internet cometiendo un delito y afectando severamente a las personas víctimas de esta violación a la privacidad y sus derechos sexuales.
Segmento del artículo publicado originalmente por Gaceta UNAM
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