Jue. Jul 31st, 2025
La inteligencia artificial (IA) ha entrado con fuerza en la vida diaria y, con ella, también surgieron cuestionamientos sobre su impacto ambiental. ¿Pero contamina más que pasar horas viendo películas o publicando en redes sociales?

Hace unas semanas, muchas personas se volcaron a generar imágenes con IA al estilo de Studio Ghibli. La tendencia no solo fue viral, también despertó una pregunta relevante: ¿cuánta agua y energía consume esta práctica?

Generar una imagen con IA puede requerir entre 5 y 50 litros de agua, lo equivalente al consumo diario de una familia. Esto se debe a que los centros de datos, donde trabajan estos modelos, deben ser enfriados constantemente por sus altos requerimientos energéticos.

Y no es solo el agua. Una sesión de entrenamiento de un modelo como GPT-3 —de la empresa OpenAI— puede consumir tanta energía como 126 hogares daneses en un año, según la Universidad de Copenhague. Incluso acciones mínimas, como escribir “gracias” o “por favor” a los modelos de lenguaje, representan costos energéticos, según Sam Altman, CEO de OpenAI.

¿Y qué pasa con otras actividades digitales cotidianas?

El uso de plataformas como Netflix o Instagram también deja huella. El streaming representa el 82% del tráfico mundial de internet y es responsable del 6% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, una cifra comparable a la industria de la aviación. Publicar un reel de 15 segundos en Instagram consume la misma energía que subir ocho fotos, según investigadores de la Universidad de Castilla La Mancha.

Frente a este panorama, la IA también podría ser parte de la solución. Existen desarrollos enfocados en usarla para crear herramientas más sostenibles (“green-by”) y para hacer más eficientes los propios algoritmos (“green-in”).

Sin embargo, más allá de la tecnología, se necesita una transformación cultural. Saber que ver películas, publicar en redes o usar IA impacta en el planeta, nos invita a reflexionar sobre cómo utilizamos la tecnología. Porque, al final del día, lo importante es tomar decisiones informadas y responsables para avanzar hacia un futuro más justo y sostenible.

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