• Cuando gana una selección se pone como ejemplo al deporte como eje de la integración de los migrantes
• Cuando los resultados son adversos, se ponen en marcha consignas raciales y se rechaza la presencia de futbolistas de origen extranjero
La integración de jugadores de origen migrante en las selecciones nacionales de fútbol es un fenómeno latente y está presente en el mundial de fútbol . El mundial en Rusia de 2018 lo ganó la selección de Francia, con 83 por ciento de seleccionados de origen africano, apunta el doctor José Luis Gázquez, del Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África (PUEAA).
Para el especialista en África y la migración en torno al deporte, la mayoría de esos jugadores provienen de colonias o de países que fueron colonias de España, Francia, Alemania y otros países europeos.
Muchas selecciones de Europa —agrega el académico de la UNAM— han incorporado gradualmente a sus equipos jugadores de origen africano, unos descendientes de inmigrantes y otros inmigrantes que han logrado la nacionalización en países europeos.
Francia no es la única selección con jugadores africanos. A la selección de Inglaterra también se han incorporado futbolistas migrantes de sus antiguas colonias africanas. A España y a Alemania también. Italia, que no participó en el mundial de 2018 y no asistirá tampoco al de Qatar, tiene menos jugadores africanos.
Racismo y futbolización
Los países colonialistas fueron racistas. Y el fenómeno migratorio ha exacerbado esa ideología, sobre todo por los partidos de extrema derecha que se pronuncian abiertamente contra la migración, agrega Gázquez.
Esto ha dado pie a que en el balompié se dé la politización del futbol y la futbolización de la política, advierte el profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
La politización del futbol ocurre entre los años setenta y ochenta. No simpatizantes de la extrema derecha que asisten a los estadios como parte de las barras de animación emiten cantos e insultos racistas contra jugadores de origen migrante, sobre todo africano.
En contraparte, se da la futbolización de la política. Los partidos de extrema derecha no se han pronunciado contra las selecciones que tienen como base a jugadores africanos, sobre todo si hay éxito deportivo.
Cuando gana una selección como Francia o un club con jugadores africanos, se pone como ejemplo al deporte como eje de la integración de los migrantes.
Por el contrario, cuando los resultados son adversos, se ponen en marcha consignas raciales y el rechazo a la presencia de futbolistas de origen extranjero en las selecciones nacionales.
Grandes afrofutbolistas
En las selecciones europeas hay grandes figuras africanas. Kylian Mbappé, hijo de inmigrantes, su padre de Camerún y su madre de Argelia, jugará su segundo mundial con Francia en el mundial de Qatar.
Otra estrella del balompié que jugará en Qatar es Paul Pogba, originario de Guinea y parte de la escuadra de Francia.
N’Golo Kanté, de origen maliense y quien fue recolector de basura en París, por una lesión no jugará con la selección gala.
Samuel Umtiti (aún no se sabe si será convocado), en el Mundial de 2018 anotó un gol decisivo para Francia en las semifinales del certamen. Es de Camerún, pero obtuvo la nacionalización francesa.
Otra figura francesa es Blaise Matuidi, nació en Toulouse y es hijo de inmigrantes: su padre de Angola y su madre del Congo.
Sadio Mané (nacido en Sédhiou) es un destacado futbolista senegalés. Jugó con el Liverpool y ahora como delantero para el Bayern de Múnich de la Bundesliga de Alemania. Estará presente con Senegal en Qatar. Además de sus goles, Mané es conocido por la labor social que lleva a cabo en diversas regiones de su país. De esta selección también podemos mencionar a Edouard Mendy, arquero del club inglés Manchester City.
Quien estará ausente es la otra estrella de África: Mohamed Salah, compañero de Mané en el Liverpool y capitán de la selección de Egipto que fue eliminada precisamente por Senegal tras un cobro de penalti decisivo por parte de su entonces compañero Sadio Mané.
Senegal, el fuerte
Me es difícil imaginar, dice Gázquez, a las selecciones de Francia, Inglaterra y España sin los jugadores de origen africano que se han incorporado con éxito a esos equipos.
La selección de Senegal (estará en Qatar), actual campeona de futbol de África, es un equipo muy fuerte y técnico. El nivel técnico competitivo ha evolucionado en los equipos africanos en los últimos años, por lo que no sería sorpresiva una gran actuación de los senegaleses, que en el mundial de 2002 alcanzaron los cuartos de final derrotando a Francia en el partido inaugural.
En el mundial de fútbol de Qatar sólo participan cinco selecciones del continente africano: Senegal, Ghana, Marruecos, Túnez y Camerún.
Artículo originalmente publicado en UNAM GLOBAL por Fernando Guzmán Aguilar