La basura de la playa, no es de los turistas

PorRedacción

4 de noviembre de 2024

La acumulación de residuos marinos es un problema ambiental bastante consolidado en la práctica totalidad de las zonas costeras del mundo. Las áreas afectadas no solo sufren un deterioro ambiental, sino que también ven dañada su imagen y su atractivo turístico. Los turistas y residentes perciben estas zonas como contaminadas, lo que reduce su competitividad, en buena parte por la difusión en redes sociales de este tipo de problemas.

Aunque la presencia de residuos visibles (macroresiduos) no siempre implica una mala calidad global del agua, la percepción de un entorno descuidado puede llevar a una reducción en la inversión turística. Y eso implica que al problema ambiental se suma el impacto negativo en lo económico.

Existe la creencia de que el turismo es el principal culpable de la basura en las playas y los océanos. Sin embargo, estudios han mostrado que las áreas urbanizadas tienen una tasa de reaparición significativamente más alta, lo que indica que las limpiezas de fondo periódicas no son suficientes para combatir el problema de manera efectiva.

Por ello la importancia de integrar la gestión de residuos en las políticas de planificación urbana. La creación de sistemas de monitoreo efectivos, junto con la implementación de políticas de prevención de residuos, es crucial para proteger los ecosistemas marinos y mantener la competitividad de los territorios turísticos del litoral.

Numerosos proyectos oceanográficos a nivel global, como From pollution to solution, han estudiado el origen, la clasificación y la descomposición de los residuos marinos. Además, en la última década se ha hecho especial hincapié en comprender los tipos de residuos, la dispersión de microplásticos y la distribución global debida a las corrientes oceánicas.

Paralelamente, como consecuencia del impacto en la competitividad turística, han ganado relevancia los estudios a pequeña escala sobre la relación entre residuos y áreas urbanas en zonas litorales concretas.

El objetivo es comprender tanto el origen de estos residuos como su relación con los usos urbanos. Pero también encontrar soluciones específicas y personalizadas para cada área, algo imprescindible por la complejidad que implican las intervenciones urbanas en zonas litorales sensibles.

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