Cuando en una familia llega un diagnóstico de autismo para una hija o un hijo, con frecuencia surgen la incertidumbre y el miedo. Esto no se debe al autismo en sí, sino a la falta de información accesible y a la escasez de espacios inclusivos que reconozcan y respeten las necesidades de quienes se encuentran en este espectro. A ello se suman los retos cotidianos derivados de la discriminación y de los tratos desiguales. En respuesta a esta realidad, y con la convicción de abrir camino para su hijo y otras infancias, Lucy Castellano fundó el Club ACTIVO Autismo.
Lucy Cantellano cuenta que Club ACTIVO Autismo surgió como una respuesta a la falta de espacios para la socialización e impulso de la autonomía para niñas y niños con autismo.
Su hijo más chico había recibido el diagnóstico y «una de las primeras cosas como mamá que me vinieron a la mente fue imaginar a mi hijo de aquel entonces casi cuatro años, como adolescente», temía que no hubiera espacios para él y sus terapias siempre fueran uno a uno con adultos.
Es entonces que se cuestiona cómo podría ella crearle esos espacios, que lograra tener amistades para la vida. «Lo primero que se me ocurre es hacer un grupo deportivo» porque observaba que su hijo brincaba mucho, tenía mucha energía y le pareció que era una forma de canalizar toda esa energia.
Fue luego de lanzar una convocatoria para ese grupo que, por la cantidad de respuestas que recibió de madres/padres de infancias de diversas edades con autismo, que identificó la necesidad enorme que existía alrededor de este espectro.
«El primer año abrí seis clases de deportes, todas con aproximadamente ocho niños en cada una».
Mientras estos grupos se gestaban, también creó un grupo de WhatsApp donde las familias se involucraban… Actualmente ya son más de 200 familias en este y «hacemos actividades para las familias, ya no solamente de deportes, sino de socialización, lúdicas».
Aunque reconoce que no es un centro terapéutico ni de rehabilitación, sí se ha vuelto en un espacio único que brinda entendimiento, apoyo, diversión y amistad; todo eso, con el objetivo de lograr que sus niñas y niños vivan vidas felices y activas –no solo de manera física–.
Desde su perspectiva, la mayor preocupación de las familias no es por la etapa infantil, sino cómo se desarrollarán en la adolescencia y la vida adulta.
Es con esto en mente que Club ACTIVO Autismo, procura crearles una red de apoyo entre personas que les acompañan y entienden para que cuando crezcan sepan a dónde acudir, que sepan que son personas capaces, con autonomía y felicidad.
Fue precisamente por eso que surgió, del mismo club, la iniciativa de darles la oportunidad de realizar prácticas prelaborales. En julio hicieron la primera, llegando a cabo un car wash donde participaron 14 personas con autismo y algunas con TDAH y otras condiciones, y ahora en agosto tuvieron una práctica de cafetería.
Adolescentes con autismo lideran cafetería
El pasado 24 de agosto, realizaron la primera práctica en una cafetería con seis mesas en Ki´ichpam Panadería Artesanal. Durante tres horas, 27 adolescentes del club tomaron las riendas del espacio, ya fuera mesereando, preparando comida, cobrando, como host o lavando platos.
«Acondicionamos el espacio para que tuviera mesas por colores para que fuera más fácil para el anfitrión colocar a los asistentes».
Cinthya Vázquez Cepeda, madre de David Alonso Correa Vázquez, expresó que esta actividad fue muy importante para su familia, pues pudieron ver a David desenvolverse en la preparación de comida, una tarea que a él le gusta mucho y ahora sabe que puede realizar como una actividad económica.
«Esta actividad inició con la intención de preparar a los chicos en sus habilidades para la vida futura, considero que fue algo muy positivo y salió muy bien para ser la primera vez que se realiza».
A David, dijo, le gustó mucho la actividad. Tanto que, luego de una actividad de práctica que realizaron, ya no solamente tuvo un turno en la cafetería, sino dos. Cinthya cuenta que no solamente fue durante este evento que él expresó su interés por la comida, sino que en el día a día siempre quiere aprender de esta área.
Contar con un espacio como este, apuntó Cinthya, es muy importante porque en la sociedad actual las oportunidades para personas con autismo son limitadas y el brindarles este tipo de eventos les permite introducirse al mundo laboral, demostrándoles sus capacidades y disminuyendo la frustración con la que viven.

«Cuando salimos David me dijo que estaba muy emocionado y que le gustó mucho participar, recibió su gratificación y eso lo hizo sentir importante y útil. Me dijo: ‘mamá, me gustó mucho esta actividad, quiero volverla a repetir'».
Para ella, como madre, es fundamental sensibilizar a la gente sobre las neurodivergencias, recordando que quienes viven con ellas son personas funcionales y tienen muchas capacidades y, al reconocerlo, también se les da sentido a sus vidas porque también se les brindarán las oportunidades que merecen.
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