En Mérida, muchas juventudes nos hemos desplazado a residir en la periferia debido a los elevados costos de habitar en el interior de la ciudad, mismos que son agravados por salarios insuficientes y altos precios de renta. Este escenario, más que simplemente alejarnos, nos sumerge en la complejidad de una ciudad con un transporte público deficiente.
Recientemente, enfrenté la odisea de recorrer 7 kilómetros que, en automóvil, tomarían apenas 20 minutos o 25 en bicicleta. Opté por el camión, y el viaje se extendió a casi 2 horas, evidenciando las dificultades diarias que enfrentamos.
La decisión de residir en la periferia no es fácil; complica nuestras rutinas y nos empuja hacia la creencia generalizada de que poseer un automóvil es una necesidad. Esto desencadena problemas como el congestionamiento vial en las entradas periféricas y en toda la ciudad. La solución no llegará hasta que se diversifiquen las opciones de movilidad.
Además, es de destacar que la mayoría de los automóviles circulan con solo una persona a bordo, agravando la situación del tráfico. Esta práctica no solo contribuye al aumento del parque vehicular, sino que también evidencia un uso ineficiente de los recursos, ya que se ocupan valiosos espacios viales para transportar a una sola persona.
El tráfico se convierte así en un problema compartido, donde la congestión se intensifica innecesariamente, dejando patente que la movilidad se está haciendo «de a gratis» en términos de eficiencia y uso racional de la infraestructura vial. Es crucial replantearse el enfoque hacia soluciones que fomenten la movilidad sostenible y colectiva para aliviar la presión sobre nuestras vías.
Es URGENTE que las ciudades abandonen la promoción (implícita) exclusiva del automóvil como respuesta a la falta de alternativas de transporte. Mientras persista esta situación, la búsqueda constante de coches particulares aumentará el parque vehicular, generando más tráfico, accidentes y prolongados tiempos de desplazamiento, incluso en automóvil.
Sin un sistema de transporte público eficiente, quedamos rezagados, son necesarias acciones inmediatas para transformar la movilidad en Mérida. Sí, aún, a pesar del Va y Ven y la existencia de ciclovías en más zonas; continúa siendo insuficiente y, claro, puede ser un camino largo por recorrer, pero es necesario hacer cambios en la ciudad y también en nuestra mentalidad.