En Yucatán, como en muchas otras partes de México, el proceso de reclutamiento debería centrarse en las habilidades, aptitudes y experiencias del postulante, no en su edad. Sin embargo, persisten prejuicios que dificultan que personas con trayectorias sólidas sean consideradas para ciertos puestos, especialmente si superan cierta edad.
Edadismo: una forma de discriminación
El edadismo —la discriminación por edad— está prohibido por la Constitución Mexicana y por la Ley Federal del Trabajo. Ninguna de estas establece una edad límite para contratar a alguien. Aun así, muchas personas mayores de 45 o 50 años en Yucatán enfrentan dificultades al buscar empleo o al aspirar a promociones internas.
De acuerdo con datos nacionales citados por la OCDE, México se encuentra entre los países con menor tasa de empleo para personas entre los 45 y 54 años. Una encuesta de OCC reveló que el 75% de los trabajadores perciben la edad como un obstáculo para ser contratados, lo cual se refleja también en el ámbito laboral de la Península.
Experiencia vs. prejuicio
Muchos empleadores, incluyendo empresas yucatecas, aún consideran que la edad puede influir negativamente en el desempeño, especialmente en roles que implican esfuerzo físico o el uso de tecnologías. Sin embargo, esta idea no solo es equivocada, sino que limita el crecimiento de equipos diversos y de alto rendimiento.
Según Rosario Ayala, coach en Liderazgo Consciente, “la actitud ante el cambio y la capacidad de aprendizaje son más importantes que la edad. Necesitamos dejar de etiquetar a los adultos como inflexibles y a los jóvenes como inexpertos”. Lo relevante no es cuántos años tiene una persona, sino cómo se adapta, colabora y contribuye al objetivo común.
Hacia una cultura laboral más inclusiva en Yucatán
Para construir entornos laborales diversos e inclusivos en Yucatán, las empresas deben fomentar equipos intergeneracionales que incluyan tanto a jóvenes recién egresados como a personas con décadas de experiencia. La clave está en diseñar estrategias que permitan que cada colaborador aporte desde su fortaleza.
Como indica Teresa López Pelcastre, directora de clientes en Brivé Soluciones, “en muchas organizaciones, personas de 60 o 70 años están liderando procesos de transformación digital”. La edad no impide la innovación, lo que sí lo hace es el prejuicio.
Un reto compartido: empresas y personas
La solución al edadismo implica trabajo conjunto. Por un lado, las áreas de Recursos Humanos en Yucatán deben estar capacitadas para identificar y eliminar sesgos, y aplicar procesos de selección más justos. Por el otro, las personas que buscan empleo deben mantenerse actualizadas, confiar en su experiencia y reconocer su propio valor, sin dejarse limitar por la percepción ajena.
Además, ante el fenómeno creciente de retrasar la jubilación por razones económicas o de bienestar personal, es crucial que las organizaciones yucatecas ofrezcan oportunidades para que las personas mayores continúen activas y con proyectos laborales significativos.
En una sociedad como la yucateca, que valora la experiencia y el respeto a los mayores, es urgente que esos principios se reflejen también en el mundo del trabajo. La edad no define el talento. La diversidad generacional en los equipos es una fortaleza que bien aprovechada puede transformar la cultura laboral del estado. El reto está en derribar los prejuicios y abrir espacios donde lo que pese sea la capacidad, no el número de años.
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