Vie. Abr 18th, 2025

Computadoras en las escuelas, ¿solución o espejismo?

ByLorena González Boscó

16 de marzo de 2025

El gobierno, en su afán por modernizar la educación, ha destinado millones de pesos a la dotación de equipos de cómputo para las escuelas públicas. Tal y como lo hizo en días pasados el gobernador de Yucatán Joaquín Díaz Mena.

Sobre el papel, esta inversión parece una solución innovadora para cerrar la brecha digital y mejorar la calidad educativa. Sin embargo, la realidad en los planteles escolares revela que esta medida, lejos de ser una panacea, se ha convertido en un espejismo de progreso que no resuelve los problemas estructurales de nuestro sistema educativo.

Uno de los principales problemas radica en la falta de infraestructura adecuada. Muchas escuelas carecen de acceso confiable a electricidad e internet, lo que convierte a las computadoras en meros adornos tecnológicos que pocas veces pueden ser aprovechados al máximo. Además, la falta de personal capacitado para el mantenimiento de los equipos hace que, con el tiempo, estos queden inoperativos, acumulando polvo en aulas olvidadas.

Otro punto crítico es la preparación del profesorado. Si bien la tecnología puede ser una herramienta poderosa, su efectividad depende del conocimiento y habilidades de los docentes. Sin capacitación adecuada y metodologías claras para integrar estos dispositivos en el proceso de enseñanza, las computadoras terminan usándose de manera marginal, sin lograr un verdadero impacto en el aprendizaje de los estudiantes.

También es preocupante la falta de un seguimiento real sobre el uso y eficacia de estos programas. Con demasiada frecuencia, las iniciativas gubernamentales se quedan en la fase de distribución de equipos, sin evaluar si realmente contribuyen a mejorar la calidad educativa. La simple presencia de computadoras en las aulas no es sinónimo de educación digital efectiva.

El acceso a la tecnología es importante, pero no basta con dotar de computadoras a las escuelas. Se necesita una estrategia integral que incluya infraestructura adecuada, capacitación docente y un modelo pedagógico que aproveche la tecnología como una herramienta de aprendizaje real y no como un simple accesorio. Sin estas condiciones, la distribución de equipos no es más que una medida superficial que genera titulares positivos, pero deja intactos los problemas de fondo de la educación pública

Lorena González Boscó, comunicóloga, internacionalista, profesora universitaria, constructora de ciudadanía, periodista, amante de los perros y amiga de los gatos. «Siempre he creído que más vale gente comprometida que capaz, porque la comprometida se hace capaz, pero la capaz no necesariamente comprometida.»

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