Desde hace tiempo que se ha discriminado laboralmente a las personas mayores de 50 años y qué decir de aquellas que ya están en la tercera edad, donde en las oficinas de Recursos Humanos, ni siquiera voltean a ver sus currículums el los cuales sobra esa experiencia que siempre les piden a los empleadores a los candidatos que están al inicio de su vida laboral.
En México, de acuerdo con el INEGI (2022): la mayoría de las personas ocupadas de 60 años y más laboran por cuenta propia (49 %), le siguen las y los trabajadores subordinados y remunerados (38 %), mientras que el 70 % de las personas adultas mayores ocupadas trabaja de manera informal.
No obstante, estos datos pueden cambiar ya que el Senado de la República aprobó esta semana una reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) para cerrarle la puerta a la discriminación de adultos mayores en el mercado laboral, donde las empresas que tengan más de 20 empleados estarán obligadas a contratar a uno adulto mayor, esto es uno de cada 20 empleados tendrá que ser un adulto mayor.
Recientemente el IMSS ha anunciado que sacará una convocatoria para la recontratación de médicos jubilados, pues al parecer andan cortos de especialistas y es necesario regresarlos al ruedo, porque su experiencia y pericia hace falta.
Para esta reinserción laboral será necesario modificar los artículos 132 y 133 de la Ley Federal del Trabajo como una medida de salvaguardar a este sector de la población de la precarización laboral, además de que abre la puerta a fuentes de conocimientos para el quehacer empresarial basados en competencias laborales que las generaciones actuales no cuentan y que pueden ser valiosas para la productividad de las empresas.
Sin duda, regresar al ruedo laboral a los adultos mayores va significar hacer ajustes a las dinámicas organizacionales para que la o el joven jefe puedan aprovechar las competencias de su experimentado colaborador y viceversa, además de asegurar su derecho al trabajo.
El proyecto ya se turno a la Cámara de Diputados, donde continuará su trámite legislativo. Por ahora, la propuesta no contempla un período de transición para la aplicación de los cambios.
Finalmente, es importante destacar que mientras más tiempo una persona sea económicamente activa, las ayudas sociales que hoy se otorgan a este sector de la población, podrían disminuir, al propio tiempo que puede ser un laboratorio para aumentar la edad para el retiro, y alivianar así al gobierno la tensión por el pago de jubilaciones, así como descargar a las generaciones posteriores de la carga económica que le significa soportar a adultos mayores que no sean económicamente independientes, ante la igual precariedad de sus ingresos de unos y otros.
Un estudio de The New Human Age de Manpower, sólo el 19 % de los reclutadores busca activamente contratar a jubilados para retornar al mundo del trabajo, ya obligados por la ley esta situación tendrá que cambiar.
