El pasado 14 de septiembre llevó a cabo la primera Feria del Manglar y las Aves en Dzilam de Bravo, encuentro que fue el cierre a los proyectos de conservación y restauración que Pronatura Península de Yucatán y Cinvestav Unidad Mérida han estado realizando en la zona.
Ernesto Gómez, coordinador del programa de conservación de aves en Pronatura Península de Yucatán, explicó que en muchas ocasiones se desarrollan ese tipo de actividades ni la comunidad que habita el municipio conoce el trabajo que se realizó en este sentido, por lo que en esta ocasión procuraron actuar distinto, haciendo la feria ambiental para presentarles el proyecto.
Además de hablarles a los pobladores sobre las acciones que llevaron a cabo en su costa, también les informaron sobre la importancia que tiene el manglar y la biodiversidad en el mismo, “que termínen apreciando el ambiente en el que están y que lo utilicen de manera consciente”.
En Dzilam, han estado restaurando los flujos de agua que obstruyó la construcción de la carretera, pues esto fue lo que mató al manglar; ahora, intentan recuperar los servicios ecosistémicos que tienen estas zonas de manglar.
Abren canales y reforestan para que los manglares puedan cobrar vida nuevamente, “pretendemos que poco a poco vaya recuperándose, tanto con acción humana, como con acción natural”; ya han logrado recuperar 200 hectáreas.
La llegada de pájaros, la aparición de peces, son algunos de los indicadores que dan evidencia de que estas áreas naturales se están recuperando e incluso pueden comenzar a utilizarlas para actividades como la observación de aves para turismo de naturaleza.
Pero no sólo eso, con el restablecimiento de los manglares, también se llega a contribuir con especies nativas como las abejas meliponas porque “todas estas flores que el manglar da son muy ricas en miel de melipona”.
Su objetivo es que la comunidad esté informada sobre la importancia de los manglares y en específico sobre las actividades que están realizando para que tomen consciencia sobre estas zonas naturales y contribuyan a su protección, con acciones sencillas como no tirar basura allí, pero también utilizando la zona para pesca de chivita por ejemplo (siempre de forma consciente y respetuosa con el ecosistema).
Hasta ahora, son 32 personas las que ya contribuyen, con trabajo temporal, a la restauración del manglar; como parte de su labor, realizan un monitoreo del área para medir cómo se está recuperando (si ya aparecen aves es un indicador).